Cinco años han pasado desde que el puente sobre el canal de Chacao fuera lanzado como un proyecto estrella por el gobierno anterior: se trata del proyecto de viaducto colgante más importante de Sudamérica, con una extensión de 2.750 metros.
Desde entonces, la iniciativa comenzó tres años de estudios de ingeniería y sufrió retrasos en sus inicios. Por ello, no se pudo empezar su construcción en 2015, como estaba programado, ni menos proyectar su inauguración para 2020.
Ayer, el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, inició los trabajos del proyecto por US$ 700 millones con las faenas que permitirán conformar el primero de tres pilares de la estructura. En específico, las faenas contemplan la construcción de pilotes de hormigón en la plataforma Jack Up Pioneer III y en otros con mallas de enfierradura, en el acceso norte del futuro viaducto.
Con el comienzo del proceso se proyecta la entrega del puente dentro de 60 meses, es decir, en 2023.
Mientras, el plan de construcción contempla diversas etapas: en un año de faenas se trabajará en las fundaciones de las tres pilas. Cada una mide 199 metros, una altura similar a la de la Torre Titanium, en Santiago.
Luego, durante seis meses, se trabajará en la unión de la pila con su elevación. Así, dentro de un año y medio, quienes pasen por el canal de Chacao podrán apreciar parte de la estructura emergiendo desde el mar.
Después, hacia el tercer año, se trabajará en la terminación de las fundaciones.
En el cuarto se contempla la construcción de los cables que unen los pilares.
Finalmente, en el quinto y último año, se edificará el tablero o la vía por donde transitarán los vehículos, además de las terminaciones de toda la estructura vial.
Además de los pilares principales, se contempla la construcción de 36 pilotes de hormigón armado de acero, de 2,5 metros de diámetro, que forman parte de los cimientos de la estructura. Estos pilotes totalizan 50 metros lineales que se depositan en forma vertical en el fondo marino. Ahí conforman un rectángulo que luego es completado con un cubo de hormigón para dar forma a los cimientos.
«Los tiempos de construcción están estimados en 60 meses, pero aún puede ganarse tiempo y quizás concluirlo antes. La ciudadanía podrá apreciar de a poco las obras de este puente, cuando comienzan a emerger las fundaciones desde el agua y la pila central que se construye sobre la Roca Remolino», afirma el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga.
Una vez que se entregue el puente, se estima que los tiempos de viaje actuales que ascienden a entre 30 y 45 minutos, se reduzcan a tres.
«Esto va a facilitar la vida de los chilenos y chilenas que viven en Chiloé. También van a poder llegar más cosas y productos a la isla, más médicos, más capacidad, más modernidad», afirmó el intendente de la Región de Los Lagos, Leonardo de La Prida.
Selim Barría, representante del comité Pro Puente Chacao, dijo que con la ejecución del proyecto, «nuestras constumbres no van a ser afectadas, sino, por el contrario, con esto Chiloé se abre al mundo».
Sin alza de costos
Cuando fue lanzada, la obra se adjudicó, a suma alzada, por un total de US$ 700 millones. El ministro Undurraga dice que por ahora no se contemplan aumentos de costos de la obra. «Los riesgos del contrato son asumidos por el contratista. Si hay obras extraordinarias contempladas, se analizarán en su mérito. Cualquier cambio en los insumos, como el acero, o el tipo de cambio o el valor del trabajo, lo debe asumir la empresa», explica.
Planos
Ayer, el MOP hizo entrega de los planos finales a la empresa constructora.
Fuente: El Mercurio
