Terminal de cruceros de Valparaíso corre riesgo de demolición a dos años de ser construido

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Al regresar de su participación en la Feria Mundial de Cruceros Seatrade 2018, que tuvo lugar la semana pasada en Miami, donde buscaron persuadir a la industria de regresar a Valparaíso, el alcalde Jorge Sharp y la concesionaria que administra el terminal porteño de pasajeros de barcos de turismo tienen otro problema entre manos: regularizar la situación legal del flamante recinto.

Ello, luego que su situación quedara en entredicho con el fallo de la Corte Suprema que en diciembre anuló el permiso al Mall Barón, ya que la misma autorización amparaba la construcción de Valparaíso Terminal de Pasajeros (VTP). «Nuestra voluntad es que se corrija esto a la brevedad», dijo Jorge Sharp. El gerente de VTP, Juan Esteban Bilbao, en tanto, expresó que está trabajando en ello con el municipio.

La presión aumentó luego que el 21 de febrero la misma sala que dictó ese fallo rechazara, «por no haber puntos dudosos u oscuros que aclarar», la solicitud de VTP de rectificar este último, explicitando que el dictamen no afecta a la recepción definitiva que el municipio le dio al terminal y que hoy le permite operar. Con ello esperaba que la Suprema desestimara el «riesgo cierto de que se decrete la demolición» de esa infraestructura.

Para la ex directora jurídica municipal, Jeanette Bruna, ese riesgo aumenta con el reclamo de ilegalidad que el abogado Rodrigo Avendaño, de Defendamos la Ciudad, interpuso en específico contra la recepción definitiva del único terminal de cruceros de Valparaíso. Para pronunciarse, la corte porteña ya tiene a la vista la causa contra el Mall Barón y debe considerar, además, que el propio municipio bajo la administración Sharp se allanó a la demanda en su contra, admitiendo que esa recepción no se apega a la legalidad.

«Si la Corte acoge el reclamo, se dan los requisitos para ordenar la demolición del terminal de cruceros», resaltó Bruna, especialista en derecho urbanístico. Y si el tribunal de alzada acogiera argumentos que permitieran rechazarlo, se daría la situación inédita que una misma obra mantuviera a firme una recepción final basada en un permiso de obras inválido, lo que deberá ser examinado por la Dirección de Obras Municipales (DOM).

Avendaño espera que el municipio retire las patentes comerciales y que la DOM clausure la obra, inaugurada en 2016 tras una inversión de US$ 7 millones. «Si el titular no regulariza, tendrá que demolerla», dijo.

La salida es que la Empresa Portuaria de Valparaíso -dueña del predio- o VTP ingresen una solicitud de regularización que adapte el terminal al actual plan regulador. Para Avendaño, eso pasa de todas formas por demoler una parte que invade una franja de seguridad junto a la línea del Merval y por soterrar, en una zona arqueológica, los aparcaderos.

Para Bruna, ello no sortea la exigencia de, por capacidad de carga, enfrentar una vía troncal: «La fórmula que se acuerde debe ser aprobada por Contraloría».

Solución

VTP y el municipio asignaron prioridad a la búsqueda de una salida al tema.

»Se hizo de todo para botar el mall sin pensar en el impacto de la pérdida del VTP y en los cruceros. Cualquier idea para salvar el proyecto, por sus aristas política
y técnica, no puede ser radicada solo en el Director de Obras». JEANETTE BRUNA, ex directora jurídica municipal.

 

Fuente: El Mercurio