Más de 100 científicos trasladó el «Aquiles» en su primera navegación del año a la Antártica

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Ucranianos, ecuatorianos, checos, colombianos, españoles, venezolanos y polacos, además de chilenos, fueron los hombres y mujeres ligados a la ciencia que el buque de la Armada de Chile transportó desde Punta Arenas a diversos rincones del continente blanco.

Antártica Chilena. Dentro de los roles del Estado como uno de los 12 primeros signatarios del Tratado Antártico suscrito en Estados Unidos en 1959, a través de la Armada de Chile se encuentra supervisar que el continente blanco se utilice exclusivamente para fines pacíficos y se apoye la investigación científica, junto con la verificación del cumplimiento del Protocolo de Madrid, con el propósito de asegurar la protección del medio ambiente y los ecosistemas asociados.

Desde entonces en cada Campaña Antártica, los buques de la Institución transportan a investigadores de todas partes del mundo a las aguas más gélidas del planeta. El AP-41 «Aquiles», durante su primera comisión del año, trasladó a más de 100 científicos nacionales y extranjeros, dejando a decenas de ellos en distintas bases y refugios, así como también apoyando a otros a llegar a sectores de playas y bahías para realizar toma de muestras de nieve y datos de la fauna, entre otros.

25 fueron los científicos chilenos que, en el marco de la 56° Expedición Científica Antártica (ECA) del Instituto Antártico Chileno (INACH), se embarcaron a fines de enero con el objetivo de acceder al sector de las islas de Shetland del Sur. El Doctor en Biología Marina César Cárdenas, quien es parte del Departamento Científico de INACH y responsable del grupo, explica que «dentro de la comisión tenemos proyectos que van a estar a bordo haciendo todo el track, es decir, Punta Arenas – Antártica, pero también hay movimientos de investigadores que van desde la base ‘Escudero’ a base ‘Yelcho’ o gente que va a base ‘O’Higgins’ y después son retirados por otras embarcaciones».

Si bien algunos científicos han visitado la Antártica antes, varios lo hacen por primera vez, «por lo que también descubren la dinámica que se da con el buque y la dotación. Nosotros dependemos mucho de la Armada para hacer estos movimientos y la relación es muy especial porque hay que mezclar logística, así como el apoyo a otros programas y bases», recalca Cárdenas.

Apoyo Internacional

Pero no sólo científicos chilenos que ha transportado el «Aquiles», sino que también investigadores de distintas partes del mundo, como lo fue el grupo de República Checa que se embarcó en Punta Arenas para dirigirse a su base «Johann Gregor Mendel», construida en la costa de la isla James Ross, al este de la península Antártica.

La particularidad de esta base es que normalmente se puede acceder a ella por vía aérea debido a la gran concentración de hielo que se mantiene en el área producto de los fuertes vientos que circulan por el Golfo de Erebus y Terror, razón por la cual los dos helicópteros Bolkow con los que cuenta el buque para esta campaña tuvieron un rol relevante en esta tarea de apoyo logístico y cooperación internacional.

«La operación se realizó con helicópteros navales chilenos desde el sector de la base argentina «Esperanza», ubicada en la bahía del mismo nombre en el Paso Antartic. 40 millas de distancia aproximadamente había que recorrer hasta ‘Mendel’. En total fueron 5 horas de vuelo, llevando a 9 personas y cerca de 2 toneladas de carga», comentó el Teniente 1° Joaquín Mancilla, uno de los pilotos del buque.

Para Kamil Láska, científico checo de la Universidad de Masaryk y quien ha estado en la Antártica ya 14 veces, «recibir la colaboración de la Armada de Chile para trasladar a nuestras personas y materiales es fundamental. Este año vamos a trabajar en la base ‘Mendel’ para estudiar la respuesta del ecosistema antártico, el cambio climático y los efectos del mismo en esta región».

En el caso de Ecuador, en tanto, mientras un equipo de 9 científicos fue extraído por el AP-41 «Aquiles» desde la base «Pedro Vicente Maldonado», tres jóvenes se desembarcaron por primera vez en el mismo lugar.

Dos de ellos viajaban con el objetivo de colocar en terreno el primer prototipo de sistemas solares en el instituto nacional antártico ecuatoriano (inae), buscando comenzar un desarrollo energéticamente sustentable a nivel país. Por su parte, el arquitecto césar aguirre viajó en representación de la universidad católica de santiago de guayaquil con el fin de construir en una zona próxima al cementerio de ballenas, al este de la base «maldonado», el refugio antártico ecuatoriano (rae), poniendo a prueba los materiales residuales como aislante térmico en la construcción en la antártica.

Finalmente fue el equipo de Ucrania el último en desembarcar del «Aquiles» para dirigirse a la base «Vernadsky» en la isla Galindez, el sector más austral visitado durante el viaje, la cual también es de difícil acceso, requiriendo realizar varios desembarcos con apoyo del equipo de Infantes de Marina a cargo de los botes de goma y la plataforma skua, conducida por personal especialista en Maniobras y que permite transportar hasta un contenedor de 30 metros cúbicos al desembarcadero de citada base.

Daniel Pishniak, meteorólogo y parte del equipo ucraniano, enfatizó en lo valioso que es para dicho objetivo el poder recibir la ayuda de la Armada de Chile. «Es muy importante para nosotros por lo complicado que es llegar a nuestra estación en la Antártica y siempre necesitamos apoyo logístico adicional para trasladar nuestra carga. Estoy feliz de poder contar con su ayuda para el éxito de nuestro trabajo», comenta.

Mientras que Levgenia Prekrasna, científica que trabaja en el Centro Nacional Científico Antártico en Ucrania, enfatiza en los agradecimientos prestados por la Institución, ya que para los investigadores es fundamental aprovechar la temporada de verano para realizar todos sus trabajos.

Fuente: Armada de Chile