Instalan boyas que mejoran detección de tsunamis y sismos

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Armada y NOAA realizan un trabajo conjunto de análisis.

Dos monoboyas dotadas de los instrumentos más modernos para la detección temprana de terremotos y tsunamis instalará la Armada frente a las costas de Chile.

Apoyados por técnicos de la National Oceanic and Atmosferic Administration (NOAA), un grupo de profesionales del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) inició ayer el operativo de fondeo de ambos dispositivos. Uno quedará instalado frente a las costas de Mejillones y el otro frente a Constitución.

El director de Ingeniería del Laboratorio del Medio Ambiente Marino del Pacífico (PMEL) de la NOAA, Christian Meinig, precisó que los prototipos traídos a Chile cuentan con la tecnología más moderna que existe en este momento a nivel mundial.

«La gran diferencia que tienen estos equipos con los anteriores es que el procesamiento de datos es mucho más rápido y puede diferenciar si la señal registrada proviene de un tsunami o de un terremoto».

El director del SHOA, contraalmirante Patricio Carrasco, manifestó que el operativo conjunto es una señal de que el trabajo de la institución es valorado por organismos especializados en el tema de tsunamis alrededor del mundo. «Se nos reconoce como profesionales que aportamos a la ciencia y al conocimiento de estos complejos eventos», explicó.

Características

Dotados de un nuevo sensor de presión y algoritmos mejorados con nano-resolución, estos dos aparatos DART permiten hacer más rápida la detección e identificación de este tipo de eventos y proporcionarán una fuente de datos cruciales y necesarios para que los centros de alerta puedan predecir y advertir terremotos y tsunamis.

La lentitud y pérdida de comunicación en tiempo real entre el piso marino (BPR) y la superficie (Boya) fueron reducidos en los prototipos, mientras que las mediciones de altura de tsunami verán aumentada su resolución.

La versión 4G del sistema DART cuenta además con una tecnología especial desarrollada por el NOAA y luego transferida a la industria privada de Estados Unidos. Un prototipo inicial fue desplegado durante 18 meses en Estados Unidos, a una profundidad aproximada de 900 metros, el que permitió registrar tasas de muestreo muy altas (40 Hz), a partir de las cuales se desarrolló un algoritmo de detección, siendo concordante además con la utilización de baterías de bajo consumo.

Fuente: El Mercurio de Valparaíso