El presidente de la Asociación de Industriales Pesqueros, Luis Felipe Moncada, fue enfático: «hoy existe el riesgo real de que el sector pesquero industrial como lo conocemos, desaparezca, debido a la presión de un lobby internacional millonario».
El dirigente gremial y gerentes de plantas de Talcahuano, Coronel y Tomé, se reunieron ayer con el presidente de la Cámara de la Producción y del Comercio de Concepción (Cpcc), Hernán Celis para analizar el futuro del sector, producto de una serie de anuncios e iniciativas parlamentarias que buscan modificar el escenario donde esta importante industria regional se desempeña.
Moncada agregó que el lobby «ha logrado convencer a unos pocos parlamentarios para que la Ley se modifique drásticamente cambiando las reglas del juego que han permitido la proyección de nuestra actividad productiva. Nuestro sector no se opone a la revisión de la Ley de Pesca, por el contrario. Nos oponemos a la licitación internacional, ya que traerá desempleo y pobreza para el país.»
Lejanía
El presidente de la Cpcc en tanto manifestó su preocupación por el complejo panorama, ya que de prosperar estas acciones, la industria que hoy conocemos podría desaparecer. «Como principal gremio productivo regional lamentamos el desconocimiento y lejanía que algunos actores tienen de la realidad de regiones como la nuestra y apoyen iniciativas que en la práctica apuntan a la desaparición del sector pesquero industrial de la manera como lo conocemos en nuestra zona», dijo.
Agregó que comparten la sensación de estado de alarma que vino a plantearle el sector pesquero, «dada la amenaza de intereses económicos poderosos externos que impulsan la licitación de los recursos pesqueros de nuestro país y modificar radicalmente las reglas del juego de este importante sector productivo y, de paso, desactivar uno de los puntales del empleo en esta zona».
Desde la industria pesquera se considera que el actual panorama es delicado y, por lo mismo, se han propuesto conseguir el apoyo de diversos actores políticos, gremiales, sociales y laborales para proteger el empleo y el desarrollo que el sector genera en esta parte del país, donde es un verdadero motor económico en las comunas donde opera.
Irregularidad
En ese sentido, Andrés Daroch, gerente general de Mar Food, con operación en Coronel, enfatizó que «los hechos de financiamiento irregular de la política que han afectado a una ex diputada y a un senador en el norte del país, son graves, deben ser investigados y debidamente sancionados si es que corresponde. Sin embargo, estos hechos no inhiben en absoluto la defensa de la actividad industrial legítima que desarrollamos en el centro sur del país y que genera desarrollo y trabajo a más de 12 mil familias».
A nivel nacional, la actividad pesquera formal genera más de 36.000 empleos directos y la Región del Biobío concentra unos 8.000. Además dependen de su funcionamiento otras 377 pequeñas y medianas empresas, donde también trabajan otras 3.500 personas.
En la última década, la actividad pesquera considerando pesca extractiva, reducción y consumo humano, ha aportado al país más de US$15 mil millones en exportaciones, siendo un sector que aporta activamente al desarrollo y crecimiento del país.
Tras la reunión, Hernán Celis llamó «a las fuerzas vivas de la Región del Biobío a tomar conciencia lo que significaría para nuestra economía darle la espalda a la industria pesquera nacional y condenarla a desaparecer».
Fin al langostino en Tomé
Alejandro Floras, gerente Camanchaca Pesca Sur, calificó como de extrema preocupación lo que sucedería en Tomé y en otras regiones donde se procesa el langostino. «Este es un tema de la mayor preocupación, no sólo para nosotros sino también para nuestros trabajadores, porque nos vemos enfrentados a un actor y transferencias de pesca desde las aguas de Chile a aguas internacionales que no es una lógica productiva como la que tenemos, con plantas en esta Región y a otras regiones de Chile, sino a pescados que van a ser procesados fuera del territorio nacional, por lo tanto, cuando hablamos de esto hablamos de afecciones a nuestro mundo laboral. Y en cuanto al langostino y lo que compete a la pesca de arrastre, desaparecería como industria».
Camanchaca está en el negocio del langostino desde los años 60.»En Tomé tenemos una planta de langostinos y salmones, actividad que le da vida a esa comuna y nuestra tributación es muy importante para el municipio, ya que es más del 40% de lo que recibe por concepto de patentes. Insisto, la industria no se verá afectada, sino simplemente va a desaparecer».
Fuente: El Sur
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