La crisis logística a nivel mundial es la principal causa del problema, razón por la cual desde el gremio que reúne a los empresarios frutícola hacen un llamado a considerar a los alimentos perecibles y la fruta fresca como bienes estratégicos.
La crisis logística, derivada de la propagación de la pandemia, se convirtió en un imponderable que complicó este año al sector de la fruta, según expusieron sus representantes al ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela. En el marco de una reunión con la autoridad sectorial la semana pasada, el presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela, expuso que este factor se sumó a otras cuatro variables -«que siempre enfrentamos en cada campaña», dijo- como son la sequía y los eventos climáticos, la disponibilidad de trabajadores de temporada, manejo de plagas y enfermedades, y tipo de cambio. Así, Valenzuela mencionó que “no hubo infraestructura portuaria disponible para embarcar la fruta a tiempo», situación que habría afectado principalmente a la exportación nacional de uvas de mesa.
«Esta ha sido una de las temporadas más complejas de los últimos 25 años», dijo al ministro. Ante esto, el dirigente planteó la necesidad de “generar mesas de trabajo y llegar a acuerdos con las concesionarias para evitar este tipo de dificultades más adelante». Para evitar que se repita lo anterior, Valenzuela afirma que como federación se unen “al llamado de toda la industria a nivel mundial, a que los alimentos perecibles y la fruta fresca sean considerados bienes estratégicos y tengan así prioridad en los momentos claves para el abastecimiento». Y agrega: “Básicamente, solicitamos preferencia para el embarque de perecibles que entran y salen del país, tal como ocurre en otros países”. Otro de los sectores de la producción nacional que se ha visto implicado ha sido la exportación de manzanas.
Esto se explica por el alza en el costo de fletes y otros insumos. “»Hubo manzaneros que prefirieron simplemente no cosechar esta temporada», señaló Valenzuela. Además, esta convulsión logística también afecta directamente a los productores de arándanos, ya que “el 85% de los arandaneros son pequeños y medianos agricultores”, afirma Valenzuela.
En el caso del puerto de Filadelfia, donde llega una cantidad importante de uva de mesa chilena para Norteamérica, la descarga de la fruta y trayecto tardó 45 días, cuando por lo normal eran 20.
Sin embargo, a pesar de la actual crisis, el vocero del gremio mencionó que esta temporada la fruta cosechada ha sido de buena calidad, por lo que a “la que alcanzó a llegar a tiempo antes de todo el colapso, le fue muy bien” y reiteró el problema de fondo: “Como productores tenemos la experiencia, el conocimiento, y los consumidores que demandan, pero toda esta convulsión logística y pandémica complicó demasiado el panorama».
Fuente: df.cl
