Otro duro golpe en menos de una semana recibió la industria de cruceros en Valparaíso, pues el trasatlántico francés «Le Boréal», que tenía programado recalar mañana, decidió hacerlo en San Antonio a raíz del conflicto que ya se extiende por siete días y que mantiene a más de 600 trabajadores portuarios eventuales en paralización por demandas económicas y derechos laborales.
Con esto ya son dos los cruceros que se han desviado a San Antonio en estos días, y frente a ese escenario, el director ejecutivo de la Corporación de Puertos del Cono Sur, Sebastián Montero, afirmó que «esto es lamentable, lo peor que le puede ocurrir a Valparaíso como ciudad, y no sólo a Valparaíso, sino que es un daño enorme que se le está haciendo al país, porque después de lo que ocurrió hace un par de temporadas atrás, en que se fueron muchos cruceros debido al problema de las cargas limpias, Valparaíso hizo un tremendo esfuerzo por reactivar esa industria y algo habían logrado desde esa época a hoy día».
Para el directivo de la corporación que agrupa a los puertos o empresas portuarias de Chile que reciben cruceros, «la suerte que hemos tenido como país es que San Antonio ha podido atender estupendamente a los cruceros, pero eso no significa que no se le haya hecho un daño enorme al país, a su imagen, y el daño a Valparaíso como ciudad patrimonial es bastante grande».
Asimismo, subrayó que esto afecta no sólo a la industria de cruceros, sino a toda la cadena turística, pues «esto genera pérdida de trabajo para los taxistas, para los restaurantes, los museos, los hoteles, la gente que produce artesanía, o sea, es un círculo, afecta a todo el mundo».
Para intentar recuperar la confianza que se perdió por segunda vez, considera que «lo mejor que se puede hacer en estos momentos es un llamado al diálogo y a resolver esto con la mayor rapidez posible, para ver si de esa forma se puede minimizar el daño por haber usado a la industria de cruceros, que no tiene absolutamente nada que ver en este tema».
En tanto, el gerente general de ISM Group, agencia dedicada al área de capacitación, turismo y selección de personal de cruceros, Julio Bustamante, planteó que «llama la atención que se produce esto un día antes de que llegue un crucero a Valparaíso y, misteriosamente, ocurre lo mismo que la vez anterior y se van a huelga los portuarios aprovechando la oportunidad. Yo creo que las empresas portuarias, el Gobierno y los estamentos asociados al puerto ya lo sabían, ya tenían claro que iba a ocurrir, entonces no lo supieron parar».
Bustamante cree que «a TPS y a TCVAL tampoco les interesa el tema de los cruceros, entonces es una buena oportunidad para que esto se siga complicando, se vayan a San Antonio, y eso queda demostrado al ver los sitios de internet de ambas empresas concesionarias, pues en ninguno de las dos aparece siquiera mencionado el tema de los cruceros».
Ante el escenario actual, el ejecutivo lamentó que «las grandes empresas no están interesadas, no hay nada que les atraiga de venir a Valparaíso en este minuto, porque en definitiva, lo mismo lo tiene San Antonio y sin problemas, sin detalles como éstos, que al final perjudican directamente al pasajero, y el pasajero en este caso es lo importante».
Bustamante hizo la distinción con los buques de carga, «que no les afecta, porque indudablemente que lo que pasa con un barco mercante, en este caso al recalar, está moviendo containers, que no les va a pasar absolutamente nada, pero a un capitán que llega con un barco de pasajeros y se produce esto, tiene el riesgo de que salga un pasajero herido. Y aunque nadie salga herido, el pasajero solamente por el hecho de tener un problema va a hacer un reclamo por no haber previsto la compañía esa situación de emergencia; y como la mayoría son pasajeros de más de 50 años, es gente que, tras haber pagado una cantidad, no está dispuesta a correr ese tipo de riesgo».
En ese sentido, cree que las compañías de cruceros «sencillamente se van a ir; y los pocos que se habían quedado o que habían intentado volver, se van a ir a San Antonio por un tema de seguridad. Realmente, en las condiciones en que está Valparaíso y cómo opera el tema de los cruceros, aquí el único que gana es el puerto, que no le interesa, porque ganan mucho más dinero con la recalada de un barco mercante, mientras que el Estado gana absolutamente igual, porque todas estas empresas tributan en Santiago, por tanto, aquí no queda nada».
El diagnóstico de Bustamante es lapidario: «Los cruceros ya se fueron a San Antonio y la única oportunidad que veo, dependiendo de cómo se maneje la ley de cabotaje, es que esa ley pase y tengamos la opción de embarcar turistas nacionales en Valparaíso, porque esos sí van a preferir Valparaíso a San Antonio, pero hay que ver si realmente esa ley de cabotaje se va a ajustar a lo que se necesita, que es tomar un crucero en un punto y bajarse en el otro».
Por su parte, el vicepresidente de la Corporación Regional de Turismo, Gianni Rivera, enfatizó que «hay un daño irreparable que se le hace a la región, al turismo, al sector, a los empresarios. Hace unos años hubo otro evento grave en que se habían tomado de rehenes a los turistas y no se les permitió bajar ni atracar en Valparaíso, por lo que las empresas decidieron no venir más a Valparaíso».
Luego de ello hubo una intensa campaña para recuperar la industria, que incluyó el viaje de una comitiva intersectorial a un encuentro de cruceros en Miami, tras lo cual «algunas empresas decidieron volver, no todas, y hoy día, cuando está comenzando la temporada, cuando ya vemos que están llegando bastantes barcos, cruceros, se les vuelve a hacer lo mismo y ese daño es incalculable e irreparable», agregó Rivera.
En ese contexto, sostuvo que «aquí ha habido una irresponsabilidad, por lo que hago un llamado a las empresas y a los trabajadores, porque una cosa son los derechos laborales, que yo estoy de acuerdo en que sean defendidos y mejorados, pero no puede ser que la moneda de cambio sean los turistas, que no tienen nada que ver con este conflicto».
A su juicio, «este es un conflicto que, a todas luces, pudo haber sido abordado muchos meses atrás. Entonces, mi pregunta es: ¿cómo llegamos a esto?, ¿hace cuánto tiempo sabíamos que esto venía? Yo hago un llamado también a que las autoridades puedan abordar esta materia para poder lograr una solución».
Rivera subrayó que hasta ahora «nadie ha dimensionado que la capacidad hotelera que estaba reservada no va a poder ocuparse, nadie sospecha cuáles son los daños a los restaurantes, a quienes tenían contratados servicios de van, de movilización, también se van a perder. El daño es irreparable porque esos turistas, que les gustaba descender en Valparaíso, ahora no van a querer volver a Valparaíso ni a Chile, porque ¿quién les garantiza que lo que ocurre en Valparaíso no ocurra en San Antonio?».
En ese sentido, criticó además que «no es posible que nadie se haya dado cuenta, no es posible que nadie haya dimensionado el conflicto y hayamos llegado a esto, a echar por la borda una confianza que se estaba recuperando. Yo creo que va a costar años, si es que se logra recuperar, nadie nos garantiza aquello, y vamos a tener que trabajar en una campaña fuerte, porque la confianza se recupera una vez, pero dos o más veces lo veo bastante difícil».
Para revertir aquello, Rivera estima que «vamos a tener que trabajar coordinadamente con el Gobierno Regional, vamos a tener que trabajar con los gremios, que son fundamentales en este trabajo, pero también vamos a tener que analizar cuáles son algunas medidas que tenemos que tomar para que esto no vuelva a ocurrir nunca más, y además tener una línea eficiente de diálogo y coordinación con los operadores de cruceros».
Rivera coincidió con Julio Bustamante en que el hecho que el conflicto haya estallado cuando estaba a punto de recalar un crucero en Valparaíso «no es casualidad y por eso insisto en que se está utilizando a los turistas como moneda de cambio en algo que no tienen nada que ver, que no tienen responsabilidad».
Finalmente, hizo «un llamado a TCVAL y a TPS a dialogar y buscar una solución, si acá tienen una doble responsabilidad frente al desarrollo portuario y turístico, así que estas empresas no pueden quedarse afuera y espero que puedan dar una propuesta luego, pues tienen que estar a la altura de las circunstancias y al parecer no han estado, por algo estamos envueltos en este conflicto».
«Esto es lo peor que le puede ocurrir no sólo a Valparaíso, sino que es un daño enorme que se le está haciendo al país»
Sebastián Montero, Director ejecutivo de la Corporación de Puertos del Cono Sur»
«El daño es irreparable porque esos turistas ahora no van a querer volver a Valparaíso ni a Chile»
Gianni Rivera, Vicepresidente de la Corporación Regional de Turismo»
PASEO DEL MAR NO TENDRÁ MURO DIVISORIO
El ministro de Vivienda, Cristián Monckeberg, en visita a Valparaíso aseguró que el Paseo del Mar, que se construirá en el sector Barón, «es un proyecto turístico, de esparcimiento, de espacio público, de área verde, pero también esto tiene que conversar con el puerto, aquí no va a haber una muralla y a un lado el puerto y al otro lado el paseo, no, esto tiene que conversar y así nos ha pedido el Presidente, así nos lo ha manifestado también la ciudadanía organizada, eso quiero dejarlo bien en claro: no vamos a generar una muralla china entre el puerto y el paseo. Evidentemente, tienen que ser compatibles, el uso mixto tiene que estar presente en el proyecto y así se lo hemos pedido a los participantes del concurso de ideas».
Fuente: El Mercurio Valparaíso