El oleaje se llevó o destruyó los materiales que usan para la captura de las pinzas del cotizado crustáceo
Una situación complicada viven los pescadores de jaibas de San Antonio luego que las fuertes marejadas destruyeran o se llevaran las trampas y cordeles que usan en las labores de captura.
Germán Martínez, vocero y secretario de la Agrupación Social Jaiberos de San Antonio, explicó a El Líder que esta entidad la conforman 43 socios que dependen exclusivamente de dicha actividad.
«Nadie se esperaba que las marejadas fueran tan fuertes y que hicieran tanto daño. Nuestros pescadores han ido a buscar las trampas y se han dado cuenta que están destruidas; es difícil que los materiales puedan reflotar», dijo el dirigente.
De las 18 lanchas que se usan en San Antonio para la extracción de pinzas de jaibas, 11 perdieron gran parte de los materiales que habían quedado a dos millas de distancia de la costa.
El problema es que cada una de las trampas tiene un valor que sobrepasa los 30 mil pesos y hay embarcaciones que perdieron 90 de estos elementos.
«Las embarcaciones están llegando peladas porque ya no están las trampas. De a poquito, los viejos están armando de una o dos trampitas para salir a trabajar. La situación no ha estado muy buena y esto nos tiene muy preocupados», añadió Germán Martínez, a quien en la caleta Pacheco Altamirano lo conocen como «Waldo».
El vocero de la agrupación de jaiberos afirmó que esperan que las autoridades locales puedan tomar nota de la compleja realidad en que quedaron estos pescadores, aunque admitió que la Subsecretaría de Pesca ya les pidió un catastro con el detalle de las pérdidas.
«Queremos que esto se haga público porque hay viejos que perdieron todo su material, son pérdidas enormes las que tuvimos», se lamentó al recordar que «aquí no hemos tenido visitas ni del alcalde ni de la gobernadora y por eso queremos que se conozca esto y se preocupen de nosotros».
Afectado
Luis León es patrón de la lancha «Panchy Panchy», una de las embarcaciones que más trampas perdió a raíz del temporal del fin de semana.
«Con las pérdidas quedamos muy mal porque de 160 kilos que traímos antes, ahora sólo pillamos 80 kilos, lo que es una baja de un 50%; así estamos trabajando a media máquina», contó León.
Este pescador detalló que en su caso el mar se tragó 60 trampas y 500 brasas de cordel. Las pérdidas superan los 350 mil pesos.
«Si el Estado nos pudiera ayudar, obviamente que sería rebueno y un gran alivio para uno, porque de otro forma nos tendremos que encalillar nomás para comprar los materiales», reconoció Luis León.
Las más fuertes
Según Luis León, las marejadas del pasado fin de semana han sido las más fuertes que él ha apreciado en sus 30 años como hombre de mar.
«Nunca se habían visto marejadas tan grandes, esto no había pasado desde que yo soy pescador», expresó.
Y aunque el panorama no es desolador como en otras caletas de la Quinta Región que fueron arrasadas por el mar, los pescadores jaiberos de San Antonio esperan que la ayuda pueda llegar tan pronto como se pueda, ya que cada día que pasa es una jornada más en que sólo «van a pérdida».
Así se hace
Los pescadores de San Antonio deben cumplir una serie de normas para la extracción de jaibas. El dirigente Germán Martínez explicó que sólo se les permite la «pesca científica», lo que implica no capturar hembras ni machos juveniles, además sacarles sólo una pinza a las jaibas (después les vuelve a crecer). Todo esto está regulado por la Universidad Católica. Las trampas, que son instaladas en el mar a dos millas de la costa, tienen las carnadas que llaman la atención de este crustáceo.
A orilla de playa, el kilo de pinzas de jaibas cuesta, por estos días, mil pesos (precio a comerciante). En un kilo hay entre 16 y 18 pinzas.
La mayor parte de la «producción» es vendida a comerciantes y dueños de restoranes de Santiago.
Fuente: Líder San Antonio
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