Jesús Fernández Montero, el presidente del Sindicato de Pescadores Artesanales San Pedro reconoce que estuvo alejado de los medios de comunicación. «Hay muchos a los que les gusta salir en primera página, los dejo a ellos que hablen las cosas», reconoce. Y aunque sus fuerzas se han ido agotando con la diabetes que le afecta, cumple con pasión con su labor de dirigente.
Su análisis de la realidad actual que viven los hombres de mar es lapidario. «La pesca está mal y los pescadores artesanales tienden a desaparecer; tenemos muy poca cuota y eso es porque no hay (recursos marinos) y no es que el Gobierno no asigne cuotas, sino que no tiene cómo darnos más; la merluza está sobreexplotada», dice.
La escasez de recursos y la exigua cuota de merluza generan, según él, que exista una competencia muy dura entre los propios pescadores artesanales. De hecho, las 104 toneladas de pescada que había para los sanantoninos en octubre, se agotó en sólo cinco días. Y pese a que los sindicatos locales crearon una normativa para regular la extracción de dicha especie, Fernández asegura que no todos son respetuosos de los pactos. Por eso ocurre que hay algunos que pescan 200 kilos y otros que no tienen problemas para llegar a las dos toneladas. «Los que respetan los acuerdos son los que salen perjudicados», alega al admitir que «esto (la pesca) está para los más vivos, lo mismo pasa con la Ley de Pesca».
Fernández plantea que la Subsecretaría de Pesca respalde «las gestiones que hacen internamente» los sindicatos para que no se siga sobreexplotando la merluza. «Nuestro Sindicato San Pedro es el más ordenado que hay en San Antonio, aquí se respetan los acuerdos y si no, se sanciona a los socios que no lo hagan», afirma al declarar que en Puertecito hay algunos sindicatos que no hacen lo mismo.
Sobre la idea de derogar la Ley de Pesca o Ley Longueira, Jesús Fernández cree que es una vía necesaria, porque «las leyes se están haciendo a lo que le acomode al sector industrial».
A Fernández le preocupa que el Gobierno concrete pronto la entrega de la concesión de la caleta Pacheco Altamirano a su sindicato, de tal manera de iniciar otras actividades económicas para beneficio de sus socios. «Si los pescadores no cambiamos de rubro, nos vamos a morir de hambre», sentencia.
«Si me fuera para la casa, no tendría qué hacer. Llevo 20 años como presidente del Sindicato, eso quiere decir que no lo estoy haciendo muy mal, los beneficios que tienen nuestros socios no son malos», asevera Jesús Fernández al hablar de su trayectoria y de la posibilidad de abandonar la labor dirigencial.
Fuente: Líder San Antonio
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