Uno puede pensar que una, dos o tres horas no es nada, pero en esta industria es mucho», apunta el gerente general del Valparaíso Terminal de Pasajeros (VTP), Juan Esteban Bilbao, sobre la manifestación que bloqueó la operación de dos cruceros hace una semana, en Valparaíso.
El concesionario del grupo Agunsa fue el directamente perjudicado con la acción que afectó a cerca de 3.500 pasajeros. «Esta venía siendo una buena temporada, pero aparecieron muy malas señales para la industria, cuyas consecuencias aún no podemos dimensionar», sostuvo el ejecutivo, en referencia a problemas que también sufrieron otros puertos del país.
Pero eso no es lo único. Bilbao está preocupado por la pérdida de prioridad -sostiene- de las recaladas de cruceros en los sitios 1, 2 y 3 de Valparaíso correspondientes al Terminal Uno.
– ¿Cómo evalúa lo que sucedió?
-La situación fue grave. Uno puede pensar que una o dos horas no es nada, pero en esta industria es mucho, porque Valparaíso es un home-port, es decir, es el puerto principal de intercambio de pasajeros, donde hay embarque y desembarque de los mismos. Esto hace que la coordinación tenga que ser muy fina, porque en las escasas horas disponibles hay que desembarcar y embarcar al 100% de los pasajeros. Lo que sucedió implicó pérdidas de vuelo, de hoteles, de actividades turísticas que estaban planificadas. Yo no estoy en desacuerdo con que los trabajadores se manifiesten, pero hay que tener cuidado con la industria sin chimeneas más importante que tiene el país y que es el turismo.
-¿Qué consecuencias puede tener para Valparaíso y el país?
-Lo más grave de todo es que la industria de cruceros se mueve mucho por el «boca a boca» en relación a la experiencia que tuvieron los pasajeros. Puede haber personas que hayan entendido el tema, pero lo más grave es que la experiencia que tuvieron al visitar Chile fue muy mala porque a lo que ocurrió en Valparaíso se agrega lo que sucedió en Puerto Montt. A eso se suma lo que había ocurrido una semana antes también en Valparaíso y, con todo, la imagen país es la que se ve tremendamente afectada. Esto generó un daño ante el cual todavía no podemos dimensionar las consecuencias, lo sabremos en un par de años.
-Usted ahora va a viajar al Seatrade en Estados Unidos. Seguramente va a tener que dar explicaciones…
-Considero que va ser el gran tema en relación a nuestro país y no tengo duda de que nos van a cuestionar fuertemente, ya que lo que ocurrió en Valparaíso no fue el único episodio. Hubo problemas también en otros puertos del país. Entonces, si me pongo del lado de los ejecutivos de la industria del crucero, deben estar pensando que Chile no está siendo confiable…el problema que tenemos es que cuando la industria, como un todo, sienta que se ha perdido la seguridad de poder darle los servicios que corresponden a los pasajeros, nos va a ir dejando a un lado. Y esto puede que no se note en la próxima temporada, sino que en dos más.
-¿Usted teme que en dos temporadas más el número de recaladas pueda disminuir por esto?
-Exactamente, es una posibilidad que puede darse, pero a mí lo que me inquieta es otra situación. De las cargas limpias no me voy a pronunciar porque no me compete, pero sí me preocupa el terminal de pasajeros donde se hizo una tremenda inversión con una apuesta futurista de apostar y desarrollar esta industria, algo que no ha sido fácil, al contrario. Claudio Nast, por ejemplo, que es uno de los grandes impulsores de la industria en el país, dijo que hay que tener cuidado porque lo que se ha construido por años se está destruyendo en horas. Yo comparto ese planteamiento.
-Las autoridades del puerto de Buenos Aires también se mostraron preocupadas…
-Tienen razón porque los buques no navegan a esta parte del mundo para recalar sólo en Chile, sino que ellos vienen al Cono Sur. Hacen la ruta Valparaíso-Buenos Aires y Buenos Aires-Valparaíso que es la principal que hay en el área, entonces lo que suceda acá afecta al otro lado. El impacto del daño que se pudo haber producido en esas horas todavía no lo podemos calcular y va a ser muy difícil de hacerlo hasta que no sintamos los coletazos en dos años más.
-Usted habló de otras señales negativas…
-Lo que me preocupa también es el cambio de prioridades que se hizo en TPS. Esto en relación al atraque de las naves en los sitios 1, 2 y 3, donde los buques de cruceros ya no tienen prioridad de atraque. Me inquieta porque claramente ese frente es el que tiene las mejores condiciones de calado y de eslora para las naves grandes. La industria de cruceros ha ido evolucionando a un aumento en las dimensiones de los buques. Entonces, hoy más del 50% de las naves que recalan en Valparaíso no tienen ninguna otra opción que no sea ocupar ese frente.
¿Qué repercusiones puede tener eso?
-Está afectando (…) Indudablemente tienen prioridad las naves portacontenedores y es correcto de acuerdo al negocio que tiene el concesionario del Terminal Uno, pero me preocupa porque esta señal, que ya es de conocimiento en la industria, es un segundo golpe. Hoy, una nave de pasajeros con dos años de anticipación no puede reservar un sitio.
-O sea, hay un grado de incertidumbre…
-Exactamente, ese es un segundo ingrediente a considerar y que se produjo en el 2016, y claramente la industria está preocupada.
-El diputado Urrutia presentó un oficio para aclarar lo que sucedió la semana pasada, ¿Qué le parece?
-Comparto las palabras del diputado porque esto no puede quedar allí, lo que sucedió es grave.
-¿Qué pasa si esto se repite?
-Eso ya es pegarse un balazo en las sienes. Acá las líneas no ven el problema de cargas limpias u otros, sino lo que están viendo es que los puertos chilenos no le están dando la certeza de servicio a la industria.
«Cuando la industria, como un todo, sienta que se ha perdido la seguridad de poder darle los servicios que corresponden a los pasajeros, nos va a ir dejando a un lado»»
«El impacto del daño que se pudo haber producido en esas horas todavía no lo podemos calcular y va a ser muy difícil de hacerlo hasta que no sintamos los coletazos en dos años más»»
«(Seatrade) Va ser el gran tema en relación a nuestro país y no tengo duda de que nos van a cuestionar fuertemente, ya que lo que ocurrió en Valparaíso no fue el único episodio»»
Fuente: El Mercurio de Valparaíso