Después de los simulacros de evacuación realizados en las costas de Coquimbo, Valparaíso y La Araucanía el último trimestre del año pasado, la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) elaboró informes para analizar las debilidades que se presentaron en las zonas de inundación luego de estos ejercicios.
Así, califica de «regulares» las condiciones de seguridad, la señalización y la facilidad para el desplazamiento de personas con discapacidad en las vías de evacuación. En ese sentido, detectó además carencias en las áreas de seguridad respecto de las dimensiones del espacio para reunir a la población, por encontrarse emplazadas en zonas de difícil acceso, en intersecciones de calles y en lugares poco amplios.
El comportamiento de la comunidad también quedó en deuda, dado que hubo casos en que los conductores no descendían de los vehículos para proceder a evacuar a pie, mientras las personas que se desplazaban no portaban un kit de seguridad propio para estas ocasiones.
«Echamos de menos la participación de la comunidad, porque si las personas no priorizan estas actividades, menos le dan cercanía a la realidad ante una emergencia», dice la directora regional de Onemi en la IX Región, Janet Medrano, quien añade que en la zona unas dos mil personas -de las 10 mil contempladas- se restaron de sumarse al ejercicio que abarcó las comunas de Carahue, Puerto Saavedra, Teodoro Schmidt y Toltén.
Guillermo de la Maza, director del organismo en Valparaíso, sostiene que es necesario seguir fortaleciendo las capacidades locales, el concepto de autocuidado, sin esperar las recomendaciones de nadie y evacuar a las zonas de seguridad ante una emergencia.
«Valparaíso no cuenta con un sistema de alerta masivo», advierte.
Finalmente, a menos de dos años del maremoto que afectó a la IV Región, se detectaron problemas en la evacuación vertical de quienes viven en la costanera de La Serena y Coquimbo, como personas al interior de sus departamentos y uso del ascensor.
Fuente: El Mercurio