«En esa parte baja, las olas golpean con todo; especialmente en esta época del año… y así los forados crecen», dice el lanchero Javier Aqueveque mientras señala el cerro. De esta forma grafica las cuevas que con el correr del tiempo se han formado en la zona inferior del macizo rocoso sobre el cual se emplaza la histórica batería de cañones del Museo de Sitio Castillo de Niebla, monumento nacional ubicado frente a la bahía de Corral, que debido a estos socavones ve peligrar su estabilidad.
Esta problemática no es nueva. En 2004 se cerró por completo el acceso a la batería de 14 cañones por la evidente erosión del terreno, aumentada por la gran cantidad de visitantes y la pérdida de material rocoso en la parte baja. Desde eso han pasado 13 años, mientras se planifica una solución que disminuya el peligro para el recinto, el cual es el museo regional más popular del país, con 397 mil visitantes en 2016.
Además de los socavones, en 2009 se detectó una fractura en la parte del macizo, y, luego, el terremoto de 2010 echó por tierra un diseño ya terminado -pues cambiaron las condiciones naturales del sector-, además, en 2015 la licitación de obras fue declarada desierta. «El 27-F elevó las exigencias a las consideraciones del sector. Eso elevó los estándares del proyecto», explica el seremi de Obras Públicas, Jorge Alvial.
Por ello, actualmente el MOP, a través de la Dirección de Obras Portuarias (DOP), trabaja en el proyecto «Diseño complementario del mejoramiento del farellón Fuerte de Niebla», iniciativa cuyo costo bordea los $150 millones y que otorgará un diseño de ingeniería de detalle para la solución, la cual estaría terminada en mayo de 2018, para iniciar las obras en 2019.
Entre varios estudios, esta etapa abarca la realización de un levantamiento de línea de la playa y otro topobatimétrico (para determinar las característica del fondo marino en la zona), además de una prospección geofísica.
Entre las propuestas que se estudian para dar seguridad al monumento está la idea de instalar pernos gigantes que unan la fractura. Sin embargo, el director regional de la DOP, Ricardo Trigo, precisa que aún se deben recopilar otros datos para determinar la solución. «Entre ellos, si la fractura se agrandó y cómo cambió el suelo marino tras el terremoto de 2010», dice.
Ricardo Mendoza, director del museo, afirmó que es urgente reparar el farellón del fuerte, pues «en términos de estabilidad del promontorio, es estrictamente necesario que todo esto se realice».
Fuente: El Mercurio