En medio de una intensa lluvia concluyó ayer la prueba de carga sobre el Cau Cau, puente que si bien ha sido sinónimo de problemas para los valdivianos, no es el único proyecto que los tiene en la capital de Los Ríos. Otra gran dificultad es la que se cierne sobre el futuro viaducto Las Mulatas – Torobayo, enorme estructura que se convertirá en una tercera opción de conexión tras el puente Pedro de Valdivia y el Cochrane-Los Pelúes, este último ad portas de iniciar su tramitación ambiental.
Hoy inserto en la etapa de prefactibilidad que culminará a fin de año, el proyecto del puente Las Mulatas-Torobayo incluirá además un mejoramiento vial de la ruta hacia Niebla, todo por un monto total estimado de US$ 60 millones ($40 mil millones), con una ejecución de obras que se iniciaría durante 2019.
Sin embargo, Asenav -el principal astillero de la ciudad- ya solicitó al Ministerio de Obras Públicas que este futuro puente deberá asegurar un gálibo de navegación mayor a 38 metros, altura que poseen los barcos que actualmente construyen. En respuesta a esto, desde la Dirección Nacional de Vialidad afirmaron que el estudio para este nuevo puente recién está en etapa de preinversión, luego de lo cual se determinarán los costos y antecedentes técnicos, como su altura y tipo de estructura. Con todo, al interior de la cartera creen que la exigencia es demasiado anticipada, pues la iniciativa aún no define su rentabilidad social, pero ya advierten que cumplir ese requisito encarecerá la obra.
El río Valdivia, en el área donde se planea construir el puente Las Mulatas-Torobayo, posee unos 300 metros de ancho. Medio kilómetro río arriba se ubica la planta 2 de Asenav, donde se construyen barcos de hasta 92 metros de eslora y 25 de manga, con una altura de 38 metros. Estas dimensiones -señalan desde Asenav- solo son posibles de sortear si el nuevo puente del MOP es del tipo basculante, al igual que el Cau Cau.
Fuente: El Mercurio