Con tres recaladas más de las que se preveían, alcanzado un total de 25, San Antonio inicia la temporada de cruceros en la región, algo inusual para un sector que hasta el año pasado tenía como exclusivo enclave en la zona a Valparaíso.
Pero a raíz de diversos factores, entre ellos las movilizaciones, desacuerdos en la reserva de sitios y las tarifas, la gran parte de la llamada «industria sin chimenea» optó por cambiar de base. Es así que de las 39 recaladas por ahora confirmadas, 25 se dirigirán al vecino puerto y sólo 14 llegarán a su destino original. Es decir, un 64% de los arribos se efectuará en el terminal Puerto Central, que el lunes recibirá al «Zaandam», de Holland America.
«Ellos traen a los cruceros ‘Zaandam’, ‘Princess’, ‘Seaborn’, ‘Prinzendam’ y posiblemente el ‘Queen Victoria’ y el ‘Aurora’ (hasta ahora anunciados en Valparaíso), pero esa es todavía una decisión que está en el aire, ya que pertenecen a la misma familia. Forman parte del conglomerado Carnival, que en su mayoría prefirió San Antonio», recalcó el gerente general de la compañía operadora de cruceros Destination Managment Chile (DMC), Claudio Nast.
Respecto a la forma en que la industria encara la temporada que se avecina, indicó que el vecino puerto está preparado para recibir las recaladas. «Acá la gente está trabajando coordinadamente, se habilitó un espacio a pedir de las líneas y todo está funcionando. Ha existido una actitud muy positiva», subrayó.
De hecho, Puerto Central realizó una fuerte inversión en infraestructura, acondicionando un galpón como terminal de pasajeros, que tendrá 3.720 metros cuadrados y un sector contiguo para la recepción y despacho de vehículos para pasajeros de 2.665 metros cuadrados.
En cuanto a Valparaíso, que concentra 14 recaladas -la primera el 31 de este mes- acotó que una de las grandes líneas que se quedaron fue Royal Caribbean, a través de Infinity, recalcando que es clave la atención que se realice a esas naves para el futuro de la actividad. «En Valparaíso todo va a depender de cómo le saque partido la ciudad a esas visitas. En mi opinión, eso va a pesar mucho en las decisiones que tomen esas empresas respecto a la permanencia», asevera.
En el caso de los pasajeros, además de la diferencia en arribos, hay que considerar el tamaño de los buques, pues en Valparaíso el promedio de capacidad es menor. Es así que las naves de mayores dimensiones llegarán a San Antonio.
«Después de todo lo que pasó diría que no está mal, pero pienso que lo único que puede ayudar a Valparaíso, desde mi perspectiva, es que tenga un muelle de cruceros dedicado y demostrar real interés».
Pese a todo, reconoce que un número de visitantes se trasladará a Valparaíso, impulsados en buena parte por la condición de Patrimonio de la Humanidad. «Eso se conoce y la gente quiere ir para allá», dice.
La coordinadora de la oficina de Turismo de la Municipalidad de San Antonio, Paula Reyes, reconoce la oportunidad que se abre para la comuna y la provincia con la industria de cruceros.
«Como comuna hemos tenido una preparación desde hace bastantes meses principalmente para fortalecer la asociatividad con nuestros prestadores», reconoce la personera que si bien preveía que en algún momento podían arribar naves de pasajeros a la ciudad, «no esperaba que fuese tan pronto».
Y aunque sabe que la mayor parte de los visitantes no se va a quedar en la ciudad, apunta que ello no es un obstáculo para avanzar en la búsqueda de una estrategia que sea atractiva para los turistas.
«La idea es generar una nueva oferta turística para poner en valor diferentes aspectos de nuestros atractivos turísticas, el relato de San Antonio que tiene una riqueza que quisiéramos mostrar (…) es un público diferente al que estamos acostumbrados a atender y sabemos que buscan otras cosas. Ya nos dimos cuenta el pasado 25 de abril (cuando recaló el ‘Norwegian Sun’) y seguimos en la lógica de fortalecer los servicios y sumar información para cada vez estar mejor preparados, la idea es consolidar un destino», subrayó Paula Reyes, que sabe que esta primera temporada será muy relevante en términos de aprendizaje.
En cuanto a los servicios, tanto el SAG como Aduanas, además de los servicios policiales, han tomado sus recaudos.
«El trabajo de coordinación intersectorial con los demás servicios públicos nos permiten dar la tranquilidad a todos que las instalaciones y personal de Aduanas está a la altura de este desafío, considerando que somos la primera barrera de ingreso y protección del país», manifestó el administrador del servicio en San Antonio, Pablo Zambrano.
Para desarrollar esta labor, el servicio fortaleció la preparación interna de sus funcionarios con cursos de inglés conversacional, talleres sobre equipos radiológicos, reforzamiento de la experiencia en controles de aeropuerto y fronteras y de los binomios caninos de la Unidad k9.
También se contará, entre otros recursos, con cuatro equipos escáner para revisión de maletas, espacios de atención a usuarios, revisión de equipaje y oficina para entrevistas derivadas de perfilamientos de riesgos.
UNA VISIÓN DE ESTADO
Consultado por la posibilidad de que se abra el cabotaje de pasajeros -proyecto de ley que avanza en el Senado-, el gerente general de DMC, Claudio Nast, opina que «va a depender mucho del próximo Gobierno si es que impulsa o no esa posibilidad, de acuerdo a las pretensiones que tenga en relación a la industria de cruceros», subrayó. «Se requiere una visión de Estado en ese sentido, promover, por ejemplo, la construcción de un muelle para cruceros sería una bandera, ya que por primera vez se invertiría en una infraestructura turística de tal magnitud y qué mejor que en una ciudad patrimonial», dijo.
7.00 horas del lunes está previsto que recale en Puerto Central el «Zaandam», nave que abre la temporada.
1.300 pasajeros y tripulantes deberían desembarcar de la nave que zarpa ese mismo día, a las 16 horas.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso