Unas 80 personas en terreno, además de arquitectos e ingenieros navales, entre otras especialidades, trabajan en el aseguramiento y el plan de salvataje del «Seikongen», el wellboat de la compañía naviera CPT hundido frente a la costa de la bahía de Terao, en el mar interior de Chiloé. Lo hacen bajo máxima presión, porque a los riesgos por los restos náufragos se suma el apremio de las comunidades ribereñas, mayoritariamente indígenas, quienes exigen el retiro inmediato del barco que sufrió una falla mientras cosechaba peces desde un centro de Salmones Camanchaca.
El fantasma de la grave crisis por la marea roja que afectó a Chiloé el año pasado está en el ambiente. Pese al informe científico que descartó relación entre vertimientos de salmones en descomposición y dicho fenómeno, los lugareños no lo creen.
Y en las bodegas del «Seikongen» hay 216 toneladas de salmón en descomposición que ya cumplieron 12 días en los estanques sellados que ocupan gran parte del casco.
«Llévenselo de acá, no lo queremos», exigió Patricia Cárdenas, presidenta de la comunidad Pilpilehue, al intendente de Los Lagos, Leonardo de la Prida, quien llegó al lugar garantizando que «todos los resguardos para impedir filtración de riles o combustible están tomados». Pero aunque incluso la CPT tiene una propuesta de una empresa local para remolcar el barco hacia Puerto Montt, «no es tan simple», advierte el gobernador marítimo de Castro, comandante Héctor Aravena.
Se trata de un procedimiento que consiste en levantar el barco con flotadores. «Es una de las posibilidades entre varias: retirar primero el combustible, o los residuos orgánicos, o los dos al mismo tiempo; limpiar las cámaras inundadas para llenarlas con aire y ayudar a la flotabilidad y luego remolcar el barco», explicó el comodoro Carlos Fiedler, jefe de la V Zona Naval, quien supervisó el trabajo de la Armada en el área.
Pero la empresa contratada por CPT para el salvataje no está de acuerdo con esa alternativa, «por el riesgo de la operación», considerando la larga y compleja navegación en condiciones de tiempo que se han mantenido inestables. Ellos estiman que la mejor alternativa es la extracción de la mortandad abriendo una escotilla que permita el ingreso de buzos con un sistema de «lift up», que operaría como una aspiradora para trasladar los riles a otro barco con estanques.
La naviera aún no responde a las últimas observaciones de la autoridad marítima a ese plan, «que tienen que ver con temas de seguridad y la norma chilena», indicó el comandante Aravena.
Consultada CPT, no quiso referirse al tema hasta tener el plan aprobado.
PREVENCIÓN
La autoridad sanitaria mantiene cerrada la extracción de productos del mar en el área.
Fuente: El Mercurio