En 2018, Maersk, Hapag-Lloyd y Cosco Shipping seguirán aumentando su capacidad, infraestructura y equipamiento, además de lograr acceder a más mercados. En concreto, la naviera china seguirá tratando de ser la primera línea de contenedores del mundo, superando al operador danés, que actualmente ocupa esa posición.
La idea no resulta descabellada si finalmente el grupo turco Yildirim vende a Cosco su participación del 24% en CMA-CGM, que se sitúa en segundo lugar, aunque se trata de especulaciones que no han sido confirmadas hasta el momento.
Así lo explica el último informe de la consultora Xeneta, en el que se indica que el proceso de consolidación seguirá avanzando. Si bien hace dos o tres años existían unas 20 líneas de contenedores de relevancia, en la próxima década es probable que solamente sobrevivan cinco o seis.
En lo que se refiere a la eficiencia operativa, las alianzas han tenido un efecto muy positivo, ya que ninguna naviera puede ser más eficiente que otra de su misma red. Sin embargo, su entrada en servicio está contribuyendo a aumentar la congestión en los puertos, que continuará en la medida en que sigan incorporando a las líneas grandes megabuques.
Aunque sobre el papel, esta fórmula de asociación ha permitido aumentar el volumen de servicios, en la práctica aún no se ha demostrado la existencia de beneficios para los cargadores. Por el contrario, las operaciones son ahora más opacas y complejas, y ellos tienen menos capacidad de decisión.
En otro orden de cosas, existen algunos asuntos de carácter político que podrían afectar a la industria de los contenedores en el futuro inmediato. Uno de ellos es el Brexit, ya que aún está por ver cómo reaccionará el mercado del transporte marítimo ante la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
Crecimiento de los beneficios
En algunas rutas, como las existentes entre China y el norte de Europa, los contratos a largo plazo para el próximo año se han firmado con precios más bajos que en 2017, pero muy por encima de las cifras de 2016.
Además, aunque los contratos a largo plazo suelen ser más seguros y suponen un ahorro, los precios de los contratos a corto plazo han disminuido considerablemente, convirtiéndolos en una oferta tentadora para algunas navieras. Se espera que las líneas marítimas logren un beneficio de 1.500 millones de dólares (1.262 millones de euros) a finales de 2017 y que en 2018, crezca un 5%.
Desde el punto de vista de la consultora, si el mercado se mantiene al alza en el primer trimestre de 2018, aunque los precios sean más bajos actualmente, sería incorrecto decir que será un mal año para las navieras. En lo que respecta a las tasas de flete, 2014 fue el mejor para los operadores, especialmente si se compara con 2016.
Posteriormente, 2017 ha supuesto un paso adelante y en Xeneta se muestran optimistas respecto a 2018, año en el que podrían alcanzarse cifras similares a las de 2014.
Fuente: Cadena de Suministro