La sentencia de la Corte Suprema que declaró ilegal el permiso de edificación del proyecto mall Puerto Barón abrió un debate en torno a qué construir en ese extenso paño de terreno en reemplazo del malogrado centro comercial. Muchas son las voces que han planteado que en el sector que comprende la bodega Simón Bolívar y el entorno del muelle Barón debiera desarrollarse una o más obras portuarias, como un muelle de Cruceros, o lisa y llanamente concretar allí la expansión portuaria, trasladando a ese sector el Terminal 2 TCVAL.
Por otra parte, están quienes proponen la creación de un paseo público que incluya también espacio para el comercio, aunque a menor escala que un mall. Entre estos últimos está el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, y algunos urbanistas.
Uno de ellos es el arquitecto Boris Ivelic, académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), quien el año 2014 hizo una contrapropuesta al proyecto mall Barón, alternativa que volvió a presentar en la reciente Bienal de Arquitectura de Valparaíso y que consiste en «abrir un canal interior, generando una playa de un kilómetro de largo y canales interiores protegidos. Se conserva la bodega Simón Bolívar, cuyo valor es su estructura interna, de manera que nosotros la convertiríamos en un edificio con vidrio para que haya transparencia y no sea un muro que tape el mar».
Además, la propuesta considera «un gran centro cultural que podría, eventualmente, en un subterráneo abierto al canal que abriríamos, tener un sector comercial, no como mall, pero sí que se pudiera tener un comercio menor, aunque no por ello menos importante para la ciudad. Junto con ser un espacio de utilización marítima, navegación deportiva, se contempla, además de los cruceros, dos marinas, una pública y otra privada, un parque de área verde de tres o cuatro hectáreas, etc.», detalló.
Para Ivelic, con la sentencia de la Corte Suprema «ya hay un paso ganado: la no destrucción de la ciudad y no perder un patrimonio natural magnífico frente al borde costero, para una empresa particular. Entonces, en ese sentido ya hay una batalla extraordinaria ganada y ojalá se puedan llevar a cabo otras alternativas que consideren el espacio público esencial, recuperar el borde costero que Valparaíso perdió hace 70 años e incluso más».
Al respecto, Ivelic hizo notar que «en cambio, Viña, Reñaca, Concón, abrieron el borde costero y son ciudades que están a la vanguardia, mientras Valparaíso, lamentablemente, no tiene borde costero, el bien patrimonial más importante».
En cuanto a la posibilidad de desarrollar en el sector Barón obras portuarias, el académico de la PUCV, con un magíster mención Náutico y Marítimo, comentó que «el proyecto nuestro contempla un terminal para embarcaciones turísticas y cruceros. Si se hacen las obras adecuadas, por supuesto, pero en las condiciones actuales no es posible porque ese sector es abierto al Pacífico, no tiene ninguna protección. El muelle, de hecho, nunca fue bien usado porque es peligroso al estar en una de las zonas de mayor oleaje».
Considerando aquello, cree que trasladar el T2 a ese sector o desarrollar otro tipo de expansión portuaria no es factible, porque «es un mal lugar, tendrían que hacer un enorme molo, eso no va a resultar».
Debido a ello, agregó, «nosotros planteamos que el gran puerto debiera estar en la boca del Aconcagua, como lo hacen lo europeos, que se refugian. Además, es un costo gigantesco hacer obras en un mar abierto, de manera que la gran solución es esa. Nosotros también propusimos una alternativa al T2, que fue presentada en abril de este año en la Municipalidad de Valparaíso».
El arquitecto Iván Poduje, magíster en Desarrollo Urbano, coincide con su colega en que «lo que hay que hacer ahí es un espacio público abierto a la ciudad, que contemple paseos, actividades comerciales, restaurantes, como ocurre en Barcelona, en Guayaquil, en Nueva York. Acá no hay que inventar la rueda, porque lo que hay que hacer es lo que han hecho las grandes ciudades en esos casos que admiramos, y eso incluye actividades comerciales, restaurantes, tiendas, ojalá acuarios, porque esas actividades comerciales llevan más gente y permiten cuidar el espacio, por lo tanto, esperemos que eso prospere».
Por otra parte, Poduje precisó que «acá se han perdido 15 años sin que ocurra nada en este lugar, es una vergüenza que no exista un proyecto alternativo y que ahora que está paralizado esto veamos qué es lo que hay que hacer. Yo esperaría, que es lo mínimo para los habitantes de Valparaíso, que hubiera una idea, al menos trabajada, por parte de quienes han liderado este asunto. Creo que eso no está».
En cuanto a las propuestas de desarrollar ahí obras portuarias, como construir un terminal de cruceros o trasladar el T2 a ese sector, Poduje afirmó que «lo segundo, descartado; es un lugar muy urbano, que tiene un potencial turístico muy relevante, así que en ningún caso trasladar el Terminal 2. Lo que sí me parece atendible, y que ocurre también en Barcelona, por ejemplo, es que tú tengas un muelle de cruceros. Eso es perfectamente compatible con una actividad de espacio público, totalmente».
En tanto, el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, sostuvo que la sentencia «constituye una tremenda posibilidad para la ciudad, porque el debate que se abre es ¿qué hacemos en ese lugar? Ya la Corte Suprema nos dijo claramente que un proyecto de las características que se proponía en ese lugar no va a tener nunca la posibilidad de llevarse a cabo».
«Parque barón»
A su juicio, «un proyecto de características distintas puede cumplir de mejor manera los requisitos de acceso público al borde costero, de generación de empleos, potenciar el comercio local, abrir paso al turismo, de tal manera que hago un llamado a la Empresa Portuaria de Valparaíso, al Gobierno de Chile, a la Presidenta de la República: tenemos una oportunidad para poder pensar en un futuro distinto en la ciudad».
En ese contexto, Sharp subrayó que «como alcaldía estamos completamente abiertos a abrir los espacios de diálogo, a articular a todos los actores de la ciudad en torno a esta decisión. Nosotros hemos planteado, por ejemplo, la posibilidad de tener en ese lugar un parque, el llamado parque Barón, pero es una idea que ponemos a disposición de la ciudad para poder discutir. Creemos que si la ciudad se involucra en esto, va a surgir un proyecto mucho mejor, que produzca más empleo, que abra públicamente el borde costero, que permita que los porteños vuelvan al mar, con cosas concretas y no con promesas».
Dudas sobre recursos
Por su parte, el intendente, Gabriel Aldoney, hizo notar que «lo que está en cuestión aquí es si para el proyecto que se quiere llevar a cabo allí existen los recursos públicos, porque una cosa es tener una idea y otra cosa es cómo esa idea se concreta, y además de dónde salen los recursos, porque es fácil imaginarse ideas sin comprometer los recursos que cada uno tiene en su propio bolsillo. Yo creo que ese es un desafío para el propio municipio».
Para el jefe regional, lo ideal es materializar un proyecto «que aporte al desarrollo de la ciudad, o sea, que genere empleo (…), que sea un lugar autosustentable. La experiencia en muchos países del mundo en que se han tomado decisiones -que ya no se toman- de dejar espacio en el borde costero sin actividades permanentes, como a través, por ejemplo, de paseos, de parques, etc., han terminado siendo puntos negros en la ciudad».
Asimismo, el jefe regional sostuvo que «si somos capaces de plantear un proyecto para Valparaíso que implique el soterramiento de la línea de Merval, liberando esos espacios del borde costero, creo que es una muy buena oportunidad que las partes deberían usar para concordar un proyecto de esta naturaleza».
Alianza con privados
No obstante, Gabriel Aldoney subrayó que «el tema es que si queremos tener posibilidades de obtener los recursos para que esto se haga, yo creo que es bastante difícil que se logren por vía de aportes del Estado, dadas otras necesidades. Valparaíso tiene muchas otras necesidades de inversión de recursos públicos, particularmente en los cerros, donde todavía hay sectores que tienen problemas no resueltos de condiciones básicas, como alcantarillado, por ejemplo. Y por lo tanto, si se quiere buscar recursos en esto, obviamente hay que plantearse la alternativa de que los recursos provengan, en parte, del sector privado, y para eso hay que dar condiciones que le den certeza a los proyectos».
EL ESCENARIO JUDICIAL SI PLAZA USA RESQUICIO
A raíz de la sentencia en su contra, Mallplaza anunció que van a «evaluar los pasos a seguir». Y sobre el escenario judicial que podría abrirse si la empresa busca algún resquicio legal, el director jurídico de la Municipalidad de Valparaíso, Nicolás Guzmán, explicó que a Mallplaza la última carta que le quedaría es «un recurso de queja (contra uno o más de los ministros de la Corte que votaron en su contra), lo cual es sumamente improbable que se acoja». A su vez, el alcalde de Valparaíso, el abogado Jorge Sharp, hizo notar que el fallo «deja claro una cuestión que puede, eventualmente, tener impacto a nivel nacional, y es que los actos administrativos de carácter ilegal, como el que fue decretado por la Corte Suprema en sentencia de Casación, no otorgan a estos proyectos derechos adquiridos, y eso es sumamente importante».
«Como alcaldía estamos completamente abiertos a espacios de diálogo, a articular a todos los actores de la ciudad en torno a esta decisión», Jorge Sharp, Alcalde de Valparaíso»
Fuente: El Mercurio de Valparaíso