Era poco probable que en sólo dos días las dos mayores economías del mundo pudieran resolver una disputa cuyas raíces son más profundas de lo que algunos pretenden creer, pero las demandas de Estados Unidos hacen incluso más difícil un acuerdo con China, de acuerdo con los analistas.
Ayer finalizó la visita de una delegación de alto nivel de la Casa Blanca a Beijing que buscaba limar las asperezas con su contraparte luego de que Washington anunciara aranceles sobre US$ 50 mil millones en productos chinos y amenazara con aplicar impuestos adicionales sobre US$ 100 mil millones.
En las reuniones con los funcionarios chinos, la comitiva liderada por el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, exigió, entre otros puntos, reducir el superávit comercial de China en US$ 200 mil millones a 2020 -el excedente fue de US$ 375 mil millones en 2017-, terminar inmediatamente los subsidios para industrias clave como la tecnológica, no tomar represalias por las acciones pasadas o futuras de Estados Unidos y no responder a las restricciones sobre las inversiones chinas en suelo estadounidense.
En tanto, algunas de las solicitudes de Beijing fueron un trato igualitario para la inversión china, levantar la prohibición sobre las exportaciones de circuitos integrados hacia el país, eliminar los aranceles sobre los productos locales, abrir las compras públicas a los productos y servicios tecnológicos chinos y no iniciar ninguna investigación de la Sección 301 contra China en el futuro.
Poco realistas
Tras conocerse las demandas de cada lado, los expertos advirtieron que es poco probable alcanzar una solución en el corto plazo debido a las elevadas exigencias de EEUU.
“A menos que la administración de Trump se conforme con mucho menos de lo que demandó originalmente, las tensiones entre los dos países continuarán por algún tiempo”, aseveró Chang Liu, economista para China de Capital Economics, en un reporte titulado “EEUU pide la luna en las conversaciones comerciales con China”.
Sin embargo, la experta describió como “tranquilizador” el hecho que las discusiones no hayan colapsado dadas las peticiones “poco realistas” de Washington y estima que todavía es posible un compromiso.
“Creo que EEUU está pidiendo lo imposible”, afirmó a Reuters Tommy Xie, economista de OCBC Bank, quien agregó que “reducir el déficit en US$ 200 mil millones a 2020 es una demanda bastante poco realista, pero también podría ser una táctica de negociación para empezar alto primero”.
Shane Oliver, jefe de estrategia de inversión de AMP Capital Investors, declaró a Bloomberg que “un desacuerdo sobre prácticas comerciales que se ha desarrollado durante más de dos décadas tomará mucho más que dos días para resolverse”.
Si bien pactaron seguir conversando, no se fijó ni una fecha ni un lugar para dichas discusiones.
Según la Casa Blanca, Trump decidirá los próximos pasos una vez que haya sido informado por la delegación de lo ocurrido en China.
Fuente: Pulso