Cerezas, paltas, arándanos y mandarinas comienzan a posicionarse con mucha fuerza. Pero la situación es compleja en uvas de mesa y manzanas, que tienen un importante peso en los embarques frutícolas chilenos.
La fruticultura es una de las actividades que más beneficios da al país. En la última temporada se exportaron 2,72 millones de toneladas de frutas, con ventas por US$ 5.283 millones.
Hay variedades que han logrado seducir a los mercados y registrado importantes retornos. Sin embargo, otras -algunas con un considerable peso en el mix exportador- atraviesan por obstáculos. Entre las especies mejor posicionadas están las cerezas, cuya comercialización está alcanzando a las ventas de uva de mesa.
El ministro de Agricultura, Antonio Walker, destacó el récord de la temporada anterior y sostuvo que los buenos resultados «van de la mano de una floreciente economía en China».
El presidente de la Asociación de Exportadores de Fruta (Asoex), Ronald Bown, estimó que «nuestra producción y exportación de cerezas seguirá creciendo». La entidad volverá a realizar la promoción desplegada en la temporada previa, en la que invirtió US$ 5 millones. En tanto, el timonel de la Federación de Productores de Fruta (Fedefruta), Jorge Valenzuela, añadió que en la Región de O’Higgins, el cerezo ya desplazó a la uva de mesa como el principal cultivo.
Sin embargo, Valenzuela advirtió que «el negocio de las cerezas calibre grande es distinto al de los tamaños menores. Mientras que con las primeras, la rentabilidad es importante; con las de menor tamaño no alcanzan a cubrirse los costos».
En la uva de mesa la situación es seria. Sigue siendo la fruta más importante en exportaciones, pero sus ventas han caído. El ministro Walker señaló que «la falta de agua en el norte, la pérdida de competitividad de algunas variedades, que ya no cumplen con las exigencias de los mercados de destino, y los efectos de la Lobesia botrana, que nos obliga a fumigar la fruta en desmedro de su calidad, son factores que están provocando una pérdida de rentabilidad».
Para Ronald Bown hay desafíos: «Existen variedades que no están dando los resultados del pasado y no encuentran mercado, como el caso de la flame . Además, la ventaja chilena, especialmente para la uva temprana, prácticamente no existe, encontrándose con fruta de California y Perú», comentó. Por lo anterior, subrayó que «el recambio varietal es clave».
Valenzuela, de Fedefruta, reconoció que las complicaciones en uva flame «hicieron que la Región de Coquimbo, que concentró el 49% de la producción en esta especie, viviera una crisis». Planteó que es uno de los mayores ejemplos por los que se está impulsando la renovación a variedades más atractivas por medio de una ley de fomento a la reconversión.
El empuje chino
Ronald Bown recalcó la importancia que ha cobrado China para los envíos. Por ejemplo, en los nectarines, el mercado del gigante asiático se abrió recién en octubre de 2016 y en la última temporada se exportaron más de 16 mil toneladas. «Es una fruta y un mercado que podrían crecer», sostuvo. Añadió que la palta también tuvo una temporada positiva. El ministro Walker también subrayó los resultados obtenidos en paltas y nueces.
Valenzuela, en tanto, destacó que la irrupción del sur de Chile como zona frutícola de berries ha ayudado al auge de los arándanos. También coincidió en que la palta tiene mucho potencial, pese a que se han arrancado hectáreas en la Región de Coquimbo, debido al requerimiento hídrico de su producción. Asimismo, destacó a las mandarinas, que «se están perfilando como una alternativa a los problemas de producción y comercialización de huertos obsoletos, de alto costo o con variedades antiguas».
Dificultades
Un panorama similar al de la uva de mesa están atravesando otras variedades. Walker advirtió que la calidad de las frambuesas «no está a la altura de lo que éramos». Manifestó que «se necesita un recambio de lo que hoy tenemos y las alternativas existen, incluso con variedades producidas en programas de mejoramiento nacional».
Bown también ve riesgos en manzanas y peras. «Podría haber un efecto con la guerra comercial y los aumentos de los impuestos a las manzanas de Estados Unidos por parte de China. Estados Unidos buscará mercados donde colocar su fruta, y esos también son mercados donde está la manzana chilena».
Señaló también que en las peras podría ser positivo lograr la apertura del mercado chino, para tener una mayor diversificación de destinos.
En Fedefruta estimaron que las nueces están en una situación difícil, ya que se encontró con altos inventarios en los mercados de destino, por lo que los precios tendieron a la baja. A su vez, producto de la guerra comercial, India aplicó represalias arancelarias a las nueces, lo que, en la práctica, impidió su ingreso a ese mercado.
DAÑOS COLATERALES
El conflicto comercial entre Estados Unidos y China ha provocado problemas anexos en los embarques locales de algunas frutas, como las manzanas y las nueces. Ejemplo de ello es lo que ha ocurrido en India.
Fuente: El Mercurio