Aunque todavía no ha iniciado el embotellado de las siete mil unidades de vino moscatel de Alejandría producidas en su cosecha 2019, la viña Capitán Pastene ya logró vender mil de ellas al mercado brasileño y negocia la comercialización en otros. A su turno, Bodega Kutralkura, de Curacautín, iniciará negocios con un importador estadounidense.
A un año de la creación de la Asociación Gremial de Viñateros de La Araucanía, que reúne a una docena de empresas del sector, tanto Juan Pablo Lepín (de Viña Capitán Pastene) como Josefina Chahin (de Bodega Kutralkura) apuestan a una exportación asociativa, en que la variedad de vinos de la región, todavía de baja producción, sea mostrada de manera conjunta en el mundo, para abaratar costos y mostrar identidad.
En los últimos cuatro años, en La Araucanía han surgido inversiones de este rubro en Traiguén, Angol, Los Sauces, Victoria, Curacautín, Lumaco, Villarrica y Perquenco, entre otras comunas, las que, en conjunto, suman más de 120 hectáreas. Las empresas duplicarán esa superficie al 2021.
Lepín detalla que el objetivo del primer año de producción «era apuntar a mercados de Brasil, Estados Unidos y de Europa, y eso lo hemos logrado».
Resalta que los importadores brasileños distribuirán las mil botellas que inicialmente comprometieron en las ciudades de Porto Alegre, São Paulo y Río de Janeiro y que, dependiendo del éxito de las ventas, se entregaría una nueva partida de similar volumen. Relata que el interés de ese mercado se concretó luego de que viñas de la zona viajaran a Brasil para hacer degustaciones, luego de una gestión preliminar de la Cancillería, vía ProChile, entidad que fomenta las exportaciones.
En junio llegará a La Araucanía un intermediario desde Estados Unidos, que difundiría la producción local en ese país. Similar gestión se hará en Europa.
Aunque darán prioridad a reponer el stock en el extranjero, las nuevas viñas también tienen presencia en restaurantes y centros turísticos locales; entre ellos, el hotel de Corralco.
Chahin resalta que el foco estará en que esos lugares difundan sus productos entre los turistas que llegan a la zona. La apuesta regional está diversificada e incluye tanto cepas blancas (chardonnay y sauvignon blanc) como tintas (pinot noir, malbec y syrah) e incluso espumantes (viognier).
Junto a seminarios sobre el vino y catas, para 2020 los productores planifican la primera vendimia de La Araucanía.
»La idea de juntarnos es mejorar la comercialización. Esta es una zona incipiente y queremos que los valles de La Araucanía sean reconocidos en el mundo por su vino»., JUAN PABLO LEPÍN VIÑA CAPITÁN PASTENE
Fuente: El Mercurio