El próximo gobierno de España tendrá que hacer frente a un escenario económico marcado por la desaceleración y la incertidumbre en torno a un posible cambio de ciclo. Los desafíos son muy diversos, casi tanto como los riesgos que proceden de dentro y fuera del país. La guerra comercial entre Estados Unidos y China, la falta de acuerdo en la negociación del Brexit, la incertidumbre política en países como Italia o la propia fragmentación política de España son las principales preocupaciones. Aunque quizá este último sea el factor que más obstaculice los cambios y reformas que organismos como el Banco Central Europeo (BCE) o el Fondo Monetario Internacional (FMI) reclaman al país.
Aquí, una mirada a los principales desafíos:
Rebajar la deuda
El volumen de deuda pública de España ha alcanzado niveles que llevará muchos años rebajar, algo que probablemente no podrá solucionar solo el próximo gobierno. Supone el 97,1% del PIB del país, según los datos de la oficina estadística europea Eurostat, que también sitúa la deuda pública, en términos absolutos, en 1,18 billones de euros.
La factura de esa deuda en 2019 alcanza los 204.526 millones de euros, que es la emisión bruta prevista por el Tesoro para este ejercicio. Se estima que ese nivel se mantendrá en los próximos años, con lo que, de completarse la legislatura, la factura subirá en torno a los 800.000 millones de euros. El reto, en este caso, es conseguir mantener la confianza de los mercados para garantizarse intereses moderados y evitar que el total se dispare aún más.
Crecimiento
Los datos son claros: la economía sufre una evidente desaceleración y, tal y como reconocen el FMI o el BCE, hay un riesgo de recesión global que amenaza con impactar de manera directa a España. Por ello, el próximo Presidente tendrá que tomar medidas concretas y notables para fortalecer la economía ante la próxima crisis que cada vez parece más cercana.
Mercados
Confianza y estabilidad. Así se resumen los dos retos que el próximo inquilino de La Moncloa tendrá que afrontar en materia de mercados financieros y de inversión. No hay nada que guste menos a los inversores que la incertidumbre y el nuevo gobierno deberá mandar un mensaje de seguridad política, jurídica y económica para atraer el dinero extranjero.
Varios expertos consultados aseguran que España nunca ha llegado a recuperar toda la confianza que perdió durante la última crisis, pese al crecimiento durante la recuperación. Una muestra de ello se encuentra en el Ibex 35, cuyo nivel está aún muy por debajo de los niveles anteriores a la última gran recesión. El próximo Ejecutivo tendrá que esforzarse por evitar bandazos normativos y calibrar el impacto de nuevas cargas fiscales sobre la inversión y las finanzas.
Pensiones
Junto a la deuda, el mayor problema financiero de la economía española son 10 millones de pensiones que generan un déficit de 18.000 millones de euros para una Seguridad Social que ha agotado sus fondos de reserva, pide créditos para hacer frente a sus obligaciones y acumula deuda a marchas forzadas.
Con un total de 153.000 millones de euros, es la mayor partida de gasto del Estado español y el capítulo por el que se comienzan a escribir los Presupuestos Generales. Existen decenas de estudios, propuestas o iniciativas con las que reformar el sistema. Desde fuera, animan a hacerlo con valentía para prevenir la oleada de jubilaciones de la generación del baby boom y una situación insostenible a partir de 2025. Desde fuera, también, 10 millones de pensionistas presionan por garantías para sus prestaciones, con una fuerza irresistible para cualquier partido político.
Empleo
El mercado laboral es una de las mayores preocupaciones de los españoles, aunque las fórmulas para sacarlo de esta lista apenas hayan ocupado espacio en la campaña electoral. En líneas generales, puede decirse que cinco años seguidos de mejora creciendo por encima de 400.000 nuevos empleos anuales son la mejor prueba de la recuperación económica desde el récord de seis millones de cesantes en 2012. Sin embargo, el mercado de trabajo reducirá ya este año un 41% la creación de empleo apoyándose en una actividad estacional como el turismo, que ha sido el gran pilar del sistema, acompañado en el último año por la construcción y en último término por la industria.
Uno de los pocos puntos de acuerdo entre todos los partidos es que una tasa de desempleo superior al 14% con una elevada proporción de empleo temporal es un resultado que debe mejorar mucho si se pretende consolidar la recuperación. Las recetas: simplificación de los tipos de contratos y una política laboral que penalice a las empresas que abusen de las plantillas temporales.
Comercio
En medio de la guerra comercial de Estados Unidos y China, Donald Trump ha anunciado nuevos aranceles a las exportaciones de productos europeos y en esta lista hay algunos españoles (el vino, el aceite de oliva, aceitunas o el queso) que tienen a EE.UU. como uno de sus principales mercados. Si se aprueban estas tasas, se pondrían en peligro gran parte de las exportaciones del país.
Otro de los retos para el nuevo equipo ejecutivo en materia de comercio será ayudar a las pequeñas y medianas empresas del sector en su proceso de transformación digital. La brecha digital entre una gran cadena textil, por ejemplo, y una tienda de barrio es brutal y el pequeño y mediano comercio no puede competir ni afrontar las inversiones que requiere equiparse al mismo nivel.
Para ayudar a las empresas a digitalizarse, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo creó el Observatorio digital 4.0, un foro de debate que tiene como objetivo exponer cuáles son los problemas de las pymes y darles herramientas en su proceso de integración.
Modelo de turismo
En los tres últimos años, España ha disfrutado de su momento turístico más dulce. El sector representa el 11% del PIB y es hoy el segundo destino más visitado del mundo. La llegada de visitantes ha batido récords estos años (82 millones de visitantes en 2018) en parte porque muchos turistas la preferían a otros destinos con similar oferta, pero que habían sido azotados por el terrorismo.
El desafío es gestionar los problemas de masificación en algunas zonas y tratar de virar hacia un modelo más sostenible, que abra (o consolide) nuevos destinos con una oferta diferente: ecoturismo, deporte o cultura.
Cierre de fábricas
Reforzar el modelo productivo del país y la dependencia del turismo pasa por fortalecer el sector industrial y frenar el cierre de fábricas en algunos de los principales polos del país. Este año ha comenzado especialmente mal para el sector con el anuncio o amenaza de cierre de factorías por parte de grandes grupos como Alcoa, Ence, Vestas, La Naval. Hoy trabajan en el sector 600.000 personas menos que antes de la crisis.
El rompecabezas del 5G
El nuevo paradigma de las conexiones inalámbricas se llama 5G y no solo sustentará las próximas redes de telecomunicaciones, sino que además requerirá una migración de las cadenas de televisión, que deben ceder sus frecuencias dentro de banda de 700 MHz. Los teléfonos conectados podrán transmitir grandes cantidades de datos sin demoras, pero para ello necesitan ocupar franjas del espectro radioeléctrico con un mayor potencial. El perjuicio para las cadenas y los espectadores de TDT -pues será necesaria una nueva readaptación de las antenas de las viviendas y otra vez resintonizar los canales- se paliará con ayudas. No hay regalo alguno a los operadores de telecomunicaciones: necesitarán inversiones millonarias para desplegar estas redes. El encaje patrio de tamaña mudanza tecnológica debe completarse antes del 30 de junio del próximo año.
La España vaciada
Hace dos décadas la España rural pedía a los políticos carreteras, hospitales y escuelas; hoy, la brecha del pueblo con la ciudad se mide en megas. El nuevo gobierno tiene como reto responder a las necesidades de los miles de pueblos que pierden población y reclaman atención. Antes los acercaba una carretera, ahora lo que reclaman es Internet, porque el acceso a la red es escaso o inexistente en muchas zonas y eso impide atraer a nuevos vecinos.
Para 2021, el 93,45% de los españoles debe tener acceso a banda ancha con una velocidad superior a 100 Mbps. Actualmente disfruta de un acceso de esas características el 80,9% de la población.
Otro de los problemas es la vivienda. No es exclusivo de las grandes urbes, porque en los pueblos las casas que hay están deshabitadas o derruidas, y nadie quiere edificar en estas zonas. Por eso, los departamentos que hay son escasos y caros.
El reto es articular un plan de rehabilitación que permita a la gente habitar estas casas con ayudas y hacer accesible la vivienda a las poblaciones. La simplificación de los procesos burocráticos, que en los pueblos son más farragosos y complejos, es otro de los retos a afrontar, así como destinar más empleo público en las zonas rurales que permita atraer población. No es que no haya escuelas, es que estas cierran porque no hay profesores o se van, o porque deja de haber niños.