La economía chilena se mantendrá “sólida” este año y el siguiente, con un incremento del Producto Interior Bruto (PIB) por encima del 3% gracias a las buenas condiciones del sector financiero y a los precios del cobre, pero esa progresión será menor que la prevista anteriormente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde).
En su informe de Perspectivas publicado este martes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) rebajó en tres décimas la previsión de crecimiento del PIB chileno para 2019, hasta el 3,4%, y en una décima para 2020 hasta el 3,3%.
Todo ello tras haber registrado en 2018 una subida del 4%, la mayor en cinco años.
La Ocde alertó de los riesgos de un freno económico en la región a causa de las tensiones comerciales, de la inestabilidad del continente y de la política monetaria de Estados Unidos.
La confianza empresarial sustentará la inversión, cree el organismo, que también pronostica que los bajos tipos de interés y el incremento de los salarios impulsarán el consumo interno, lo que afianzará el crecimiento y permitirá reducir el desempleo.
El paro no se ha reducido por ahora en buena medida por la llegada de inmigrantes, que han provocado un exceso de oferta en el mercado laboral y moderación salarial.
La organización alertó de las altas tasas de desigualdad que hay en Chile, favorecida por una persistente baja movilidad entre generaciones.
Calculó que el déficit fiscal estructural se reducirá moderadamente siguiendo la senda fijada por el Ejecutivo, lo que permitirá reducir la deuda.
“La aprobación y la implementación de reformas estructurales clave planificadas en impuestos, pensiones y regulaciones laborales y empresariales conducirían a una perspectiva de crecimiento más favorable y una mayor inclusión”, indicó.
En el ámbito fiscal, señaló que existe margen para aumentar los ingresos, combinando la progresividad con el crecimiento y el incremento de tasas ambientales, y las que gravan la propiedad o la renta personal, al tiempo que se reducen las empresariales.
La Ocde aconsejó otras reformas, como la simplificación de procedimientos burocráticos, una inversión pública eficiente, en particular en educación, formación, innovación e infraestructuras digitales y de transportes.
Constató que la reforma de las pensiones que se está debatiendo las incrementará y recomendó alinear las jubilaciones de hombres y mujeres, pero también vincularlas a la esperanza de vida para mejorar la sostenibilidad del sistema.