Luego de confirmar el decreto de emergencia agrícola para la Región de Valparaíso, ayer el intendente se reunió con los representantes del sector agrícola para formalizar los compromisos que implica esta decisión.
Algo que lleva cierta tranquilidad al rubro, pero que está lejos de disminuir la inquietud pues, advierten, se desconoce la magnitud de lo que viene. «El tema es muy difícil y en este momento nadie puede dimensionar lo que va a venir», comentó el presidente de la Asociación de Agricultores Quillota y Marga Marga, Carlos Pruzzo.
«Las autoridades, por supuesto, están al tanto de la situación actual de la crisis hídrica que estamos enfrentando y que está recién partiendo, la cosa se viene muy difícil (…), tenemos los registros de agua y nieve acumulados a la fecha y que son un 30% de lo que había el año pasado, considerando que ya el 2018 fue bajo. Entonces lo que se nos viene es algo muy serio», subrayó el dirigente, añadiendo que ya se está trabajando con los pequeños productores, en el sentido de que restrinjan su masa ganadera y los cultivos de temporada frente al escenario que se presenta.
«Nuestra materia prima es el agua y si no la tenemos, el sector agrícola se ve muy perjudicado y con muchos problemas», subrayó Pruzzo, quien dio cuenta de los efectos que esto puede acarrear en materia de comercio exterior.
«Si esto se mantiene, indudablemente va a afectar la cantidad y la calidad de nuestros productos agrícolas en materia de exportación», consignó, por lo que, agregó, se requiere avanzar en los planes de fondo.
«Es indudable que el embalse (Catemu) es la gran solución, pero es un tema que es de larga data y que se viene desarrollando, pero estamos hablando al menos una década más», remarcó el dirigente, afirmando que las licitaciones para la partida del proyecto estarían antes de fin de año.
«Lamentablemente, esa solución no nos sirve para lo que vamos a enfrentar la próxima temporada», explicó, advirtiendo que se requieren obras para mantener a la zona como potencia agroalimentaria.
«Si no contamos con esta infraestructura, es imposible que nos podamos proyectar a largo plazo, es así de dramático (…) Hay un tema de cómo nos vamos a proyectar los próximos años, qué es lo que va a pasar con la construcción del embalse y eso, en relación a la producción que hay en nuestro valle del Aconcagua, representa un tema bien complejo».
En el mundo político también se ve el tema con preocupación el tema por los efectos que puede tener.
Serios efectos
«Las consecuencias no sólo apuntan a la producción agrícola y a la dificultad del consumo humano, sino que también en términos de cesantía y el impacto social y económico que se provoca», dijo el diputado Luis Pardo (RN), añadiendo que a largo plazo no sólo serán importante los embalses, sino que la forma en que se van a llenar si es que persiste el déficit.
«El desafío no sólo es construir embalses para captar el agua de la cordillera, sino que también en la perspectiva de enfrentar el cambio climático tenemos que apuntar a traer agua desde la costa, ya sea con plantas desalinizadoras o el desarrollo de la denominada carretera hídrica», remarcó, puntualizando que se deben buscar fórmulas para mantener las proyecciones de consolidar a la región como una potencia agroalimentaria en materia de envíos.
«Si logramos hacer eso, vamos a poder mantener y crecer en materia de superficie agrícola para poder abastecer y ser parte de ese propósito de ser una potencia agroalimentaria, pero si no solucionamos el tema hídrico, eso no será posible», enfatizó.
A juicio del diputado Marcelo Schilling (PS), la forma en que se aborda el problema no es la adecuada. «El drama de la sequía está en el diagnóstico, se sigue reaccionando como si fuera una emergencia que respondiera a un hecho excepcional. Después de 10 años, este es un dato permanente y la respuesta no puede ser declarar emergencia hídrica, sino que hay que entrar a las medidas de fondo que son, en primer lugar, los embalses, y allí resulta inexplicable que se haya estancado el de Catemu», opinó el parlamentario, precisando que la normalidad va a ser la sequía y lo excepcional será la lluvia.
En cuanto a la proyección del territorio, indicó que se requieren obras. «La zona del Aconcagua, sin duda, es una potencia agrícola, pero puede dejar de serlo fácilmente».
«Si no contamos con esta infraestructura, es imposible que nos podamos proyectar a largo plazo»
Carlos Pruzzo, Presidente Asociación de Agricultores Quillota y Marga Marga
«LA INVERSIÓN HA SIDO MÍNIMA»
El presidente de la Federación de Productores de Fruta (Fedefruta), Jorge Valenzuela, advirtió que «la inversión en infraestructura hídrica ha sido mínima por décadas y realmente es inaceptable llegar a la situación tan seria que nos encontramos ahora, cuando la escasez hídrica tiene detenido el avance económico de las regiones con actividades económicas rurales». El líder gremial subrayó que le han manifestado a las autoridades que el modelo de embalses concesionados resulta una opción más rápida y factible.
25 pozo nuevos son parte de las medidas que se van a tomar para paliar la escasez hídrica.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso