Un proyecto de vigilancia, a través de un sistema de filtración de flujo tangencial que permita identificar la presencia del virus de la hepatitis A en las costas de la zona, principalmente en la Provincia de Concepción, es una de las acciones que realizará la Seremi de Salud debido a la gran cantidad de casos que se han registrado de la enfermedad en los últimos seis años.
Esto se aplicará a partir del próximo año y busca mejorar la forma de abordar el brote de la enfermedad existente en la Región.
Entre 2013 y 2018 a nivel nacional se han notificado más de 12.300 casos, de los cuales el 46% (5.725) se ha registrado en la Región del Biobío.
La zona registra un brote de la enfermedad desde septiembre de 2013. El último ocurrido en la Región fue en 2002 y duró tres años. En ese período los contagios llegaron a 3.282 personas.
LÍNEAS DE ACCIÓN
Debido a la larga extensión del brote, que lleva seis años, la Seremi de Salud del Biobío programó varias lineas de acción. Una de estas apunta a ver si hay presencia activa del virus de la hepatitis A en el borde costero de la Región, pero principalmente en la Provincia de Concepción, que es donde se presentan la mayor cantidad de casos.
«A partir del 2020 se implementará un proyecto de vigilancia que permita a través de un sistema de filtración de flujo tangencial, la toma de muestras (en la zona costera) para detectar el virus de hepatitis A y norovirus en una alta concentración de volumen de agua», informó el seremi de Salud, Héctor Muñoz.
En específico, este sistema de ultrafiltración tomará 20 litros de agua de mar, hasta dejar una muestra de 5 a 10 milímetros, la que será analizada molecularmente para identificar si existe material genético del virus en la evidencia tomada.
«La implementación de esta técnica permitirá a corto y mediano plazo consolidar a nivel regional un monitoreo sostenido en el tiempo que nos permitirá vigilar la presencia del virus en aguas de consumo humano, recreacionales con contacto directo y alimentos, con un enfoque de evaluación de riesgo sanitario», enfatizó la autoridad regional de Salud.
Desde la Autoridad Sanitaria aclararon que el sistema de vigilancia solo identificará la presencia de hepatitis A en las muestras, pero no su generación.
Otras de las líneas a implementar consisten en realizar un estudio de caracterización de casos de hepatitis A, aplicando una encuesta estandarizada en las personas que se enfermaron, como además incrementar la fiscalización al agua y alimentos en las comunas de mayor prevalencia de esta enfermedad.
VACUNACIÓN
A raíz de la situación que se vive en la región se han adoptado diversas medidas para disminuir los casos.
Una de las medidas se aplicó en 2014 cuando se comenzó a vacunar a los grupos de riego de las comunas con más casos. Luego se amplió la inmunización a menores de 18 meses a 6 años de edad.
Desde el año pasado la vacuna se incorporó en el Programa Nacional de Inmunización (PNI) y se entrega a pequeños de 18 meses de vida.
«Se espera que en el mediano y largo plazo las tasas de hepatitis A, tanto en la región de Biobío como en el resto del país, disminuyan paulatinamente, tal como ha ocurrido con las regiones de Arica y Parinacota, y Tarapacá, que incorporaron la vacunación programática desde el año 2013», proyectó la jefa Departamento de Salud Pública, Cecilia Soto.
Desde 2014 hasta el año pasado se ha inoculado en la Región a más de 126.527 personas.
La Seremi de Salud ha desarrollado acciones educativas para que las personas consuman los mariscos cocidos, ya que hay un grupo de contagios por esta vía. También se incrementaron las fiscalizaciones a locales y ferias libres, entre otras medidas.
Fuente: Diario El Sur