El académico de la Universidad Adolfo Ibáñez comparó escenarios que podrían replicarse en el mundo post Covid-19. «De las tragedias hay que sacar lecciones reflexivas, hay que extirpar los egoísmos», dijo.
A través de una conferencia online, enmarcada en el ciclo de webinars impulsados por la Empresa Portuaria Valparaíso, el académico y director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Adolfo Ibáñez, Rodrigo Moreno, destacó la importancia de aprender del pasado y, desde ahí, sacar enseñanzas reflexionando a partir de hechos dramáticos acontecidos en la historia.
«El secreto de cómo solucionar los problemas post pandemia es un ejercicio difícil, pero se puede. Hay que insistir en que la historia es aprender del pasado para el presente, no sólo saber fechas y datos. De lo contrario pierde lógica. La historia también tiene un segundo objetivo que es estar mejor preparados para enfrentar el futuro», puntualizó.
En su exposición -denominada «Peste Negra ¿Cómo se volvió a levantar Europa?», moderada por el encargado de Marketing de EPV, Carlos Cárcamo, y co-organizada junto a la UAI- Moreno indicó que «la pandemia es una vieja historia que parece nueva. En las generaciones pasadas siempre hubo pestes, pero nos habíamos desacostumbrado. Antes las sociedades estaban atentas a reaccionar con males que con cierta regularidad llegaban a nuestras vidas. Al olvidarse, bajan las defensas; la preocupación no es una variable. Y cuando ocurre se está poco preparado».
El miembro de la Academia Chilena de la Historia del Instituto de Chile recordó que «50 años antes de la llegada de la Peste Negra, Europa vivió momentos de mucha prosperidad, intensidad y actividad económica. Hubo un enorme progreso de las ciudades en términos de infraestructuras y obras que fueron síntomas de la riqueza material que existía, poder económico y comercio».
Moreno agregó que «a finales del Siglo XIII, en Europa hubo una gran conectividad marítima, terrestre y fluvial. Se formaron los grandes referentes comerciales actuales y lo que hoy llamaríamos corredores intermarítimos. Ahí se produce el drama humano: ante mayor globalidad se produjo la llegada de la gran tragedia, una enfermedad que venía del Mar Negro, primero del Cáucaso y antes de las estepas euroasiáticas. En un brote de seis años -entre 1347 y 1353- dejó un desastre increíble».
Respecto a las consecuencias, el también Doctor en Historia de América de la Universidad de Sevilla, España, explicó que «la pandemia generó tal desastre económico y humano que hubo revueltas contra el poder y los gobiernos establecidos, críticas al manejo de la situación, pobreza extrema y hambrunas que provocaron muerte. Hubo una inestabilidad muy grande. Algunos Estados pudieron llevar adelante las soluciones con mayor eficiencia y otros no».
¿Cómo se salió de la crisis?
En ausencia de «una varita mágica», para el experto «hubo cambios en los hábitos y costumbres en términos de higiene y sanitarias, personales y de la ciudad. Mejoraron las condiciones alimenticias, el tipo de consumo. La llegada de las especias fue vital en la conservación de los alimentos. Mejoras sistemáticas en infraestructura sanitaria y cultura preventiva frente a los inevitables brotes. Control de la circulación en las ciudades».
El académico destacó que uno de los factores fue la «reactivación económica, retornando a la conectividad y permitiendo el desarrollo, mediante una apertura con prevención. Tiene que haber un contexto de comercio internacional con emprendimiento e innovación tecnológica. En 1358 se funda en la actual Alemania la Liga de Hansa: en un puerto específico -Lübeck, que ya no existe- se generó un acuerdo que perseguía algo parecido al libre comercio, que generaba acuerdos arancelarios, seguridad entre los socios, posibilidad de bodegaje».
«Este acuerdo del norte -manifestó Rodrigo Moreno- generó conectividad con los puertos hasta con Rusia, reactivando a ciudades golpeadas. El comercio las sacó adelante y las fortaleció, con 190 socios de grandes ciudades y centros feriales. La capacidad de asociatividad es clave en el desarrollo. La liga como tal murió el siglo XVI con el nacimiento de los Estados modernos, pero se mantiene simbólicamente».
Resaltó como un ejemplo la ciudad de Florencia, «de cómo reactivarse después de la crisis: ellos perdieron más del 50% de su población. Después del horror surgieron el Humanismo y el Renacimiento, y allí estuvo la cuna y el símbolo de este fenómeno. Antes de la Peste Negra, los banqueros de Florencia quebraron. Tuvo un desastre financiero antes de la Peste Negra. Los Médici aprovecharon la caída de las grandes instituciones y se involucraron activamente en la economía de la ciudad».
Finalmente, Moreno concluyó que «los tiempos de la creatividad vienen cuando hay que levantarse de estas grandes caídas. Recordar el pasado para un aprendizaje efectivo. De las tragedias hay que sacar lecciones reflexivas, hay que extirpar los egoísmos. Valparaíso, la ciudad ya venía golpeada de antes. Ahora debemos trabajar todos juntos para sacarla adelante. Las crisis conllevan tragedia, dolor y oportunidades. Siempre uno se levanta de las crisis; depende de nosotros cuándo».