En Valparaíso recientemente se realizó una reunión del Sistema de Empresas Públicas (SEP) con la Armada y los puertos estatales del país que puso en el tapete la problemática que está generando el cambio climático, y particularmente sus efectos en el cierre de los puertos. Algo que además quedó de manifiesto esta semana en San Antonio, donde por este fenómeno se debió postergar una importante carga de vehículos.
De hecho en agosto, a través de un informe, la Cámara Marítima y Portuaria de Chile alertó de esta situación poniendo en evidencia lo que significan las marejadas para el sistema portuario. Considerando todos los enclaves del país, en los últimos doce meses se han acumulado 585 días de cien-e destacando la zona Quintero con 132, Ventanas con 120, San Antonio con 80 y Valparaíso con casi 5, siendo el menos afectado dado el molo de abrigo y su condición geográfica natural.
Al respecto, el académico e investigador de la Escuela de Ingeniería Oceánica de la Universidad de Valparaíso, Patricio Winckler, advierte que «durante los últimos diez años las marejadas han generado un total de 18 mil horas de cierres en los principales puertos chilenos con aguas abiertas al Océano Pacífico».
-¿Qué condiciones debe cumplir una marejada para obligar al cierre de un puerto?
– Los cierres de puertos son necesarios para garantizar la seguridad de las naves, la mercancía y los operarios durante una marejada. Para evitar trastornos en la cadena logística, el cierre de un puerto debe basarse en criterios objetivos que consideren todas las maniobras desde que el buque se aproxima al puerto, hasta su zarpe.
-¿En que se basan estos criterios?
– Estos criterios se basan en operar bajo condiciones adecuadas de oleaje, viento, corriente, marea y visibilidad, cuya importancia dependerá de cada sitio. En los puertos chilenos, la determinación de esos umbrales de operación para alguna o todas estas variables se efectúa mediante un estudio de maniobra efectuado por un equipo técnico de prácticos e ingenieros.
-En los últimos años la Camport y otros organismos han destacado el aumento de estos cierres con los costos que esto representa. ¿Estos cierres a su juicio deberían ir en aumento? ¿Cómo se pueden contrarrestar?
– Efectivamente, los cierres generan pérdidas económicas importantes en la cadena logística, con el consabido aumento del costo de los productos. De hecho, Camport estimó en US$ 345,5 millones el costo de inactividad en un año para el sistema portuario, costo que considera el cese de operaciones de los puertos, navieras, embarcador, transportistas y destinatarios. Ahora bien, de acuerdo a nuestros cálculos, la cantidad de cierres de puerto aumentará ligeramente a mediados de siglo, pero hacia fines del mismo los puertos mejorarán sus condiciones operacionales, debido a la migración al sur de las zonas de generación del oleaje, que, por ser más lejanas, llegarán a las costas chilenas con menos energía. O sea, las condiciones operacionales mejorarán a fin de siglo, pero no así los impactos sobre la infraestructura, que dependen también del aumento del nivel del mar.
– ¿La infraestructura portuaria actual en Valparaíso y San Antonio está preparada para afrontar este aumento del fenómeno de las marejadas?
– Además de los cierres de puertos, las marejadas traen como consecuencia el daño en todo tipo de infraestructura, como defensas costeras, muelles, rompeolas y obras de captación y descarga de agua de mar, entre muchas. Ello es válido para puertos como Valparaíso y San Antonio, pero también para toda la infraestructura costera e industrial de la región. Así, dado que el nivel del mar va en aumento, los daños en la infraestructura portuaria, la inundación en paseos costeros y la erosión de playas serán cada vez más intensos. Por ende, para mantener la infraestructura portuaria en estado operativo, el Estado y los concesionarios de estos puertos deberán invertir cada vez más en mantenimiento preventivo y reparación de obras dañadas a medida que avance el siglo.
-¿Es factible disminuir los cierres de puerto bajo las condiciones actuales con el uso de tecnología y otros instrumentos, o necesariamente se requieren obras de infraestructura como motos de abrigo, por ejemplo?
Existen diversas medidas para reducir los cierres de puerto. Por ejemplo, el uso de sistemas de alerta temprana de marejadas en combinación con el monitoreo en tiempo real de las variables ambientales, permite planificar la operación de una instalación portuaria con días de anticipación. Por otra parte, las nuevas tecnologías de atraque dinámico como el sistema de amarre «shore tensión» utilizado en Mica y Puerto de Ventanas, permiten efectuar maniobras en condiciones de oleaje más severas, reduciendo así el downtime operacional. En caso de que el puerto esté muy expuesto, se puede recurrir al uso de obras de abrigo nuevas o ampliaciones de las existentes a un costo y con un impacto ambiental importante.
– ¿En los futuros desarrollos portuarios es perentorio considerar la variable marejadas?
– Desde la perspectiva de la gestión de la infraestructura, las empresas portuarias, los concesionarios y los ministerios competentes debieran establecer planes de mantenimiento y reparación de obras costeras, de atraque y abrigo que serán dañadas con más frecuencia por las marejadas en la medida que avance el siglo. Se debieran incorporar asimismo sistemas de monitoreo de marejadas e impacto de obras de infraestructura costera, de modo de reducir la vulnerabilidad del sistema portuario en Chile. Por otra parte, el daño parcial o total de las obras puede traducirse en paradas operativas de varias semanas, razón por los puertos deben tener planes de continuidad de negocios ante este tipo de eventos y otros de calibre mayor, como los sismos y tsunamis.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso