La última fue en septiembre de este año, donde la entidad gremial elevó las expectativas, estimando las ventas del sector entre 395 mil unidades y 405 mil unidades nuevas de vehículos livianos y medianos, argumentando que este ajuste se debía al crecimiento de la actividad económica, el aumento del uso de los vehículos con diversas finalidades y las adquisiciones de vehículos como herramientas multipropósito que han concretado las empresas, pymes y emprendimientos en los últimos meses para potenciar sus negocios.
Y es que a pesar de los problemas que ha debido enfrentar la industria automotora mundial (problemas de fabricación por falta de algunos componentes básicos en la línea de producción) y los que vivió la nuestra con los atrasos en el puerto de San Antonio en los primeros meses de 2021, octubre pasado registró ventas por 38.551 unidades nuevas y un crecimiento de 6,4% en comparación con octubre del año pasado, posicionándose como el octubre de mayores ventas desde que se tiene registro y acumulando en los primeros 10 meses de este año 335.824 unidades, que representan un incremento de 66,8% con relación al mismo período de 2020, convirtiéndose en el segundo mejor acumulado en los registros históricos del sector.
«Sin duda que el control de la pandemia en Chile ha sido un ejemplo a nivel mundial y eso llevó a superar con creces las expectativas que teníamos para este año. Asimismo, hasta hace muy poco las tasas de interés se mantenían muy bajas y el acceso a crédito sigue siendo una de las fortalezas de este mercado», explica Marcelo Sepúlveda, director de ventas de Nissan, marca que hoy se encuentra en la tercera posición en el mercado. Y es que nadie se esperaba una recuperación tan rápida. Nadie. El problema de stock ¿Cuántos conocidos le han comentado que quieren comprarse un auto nuevo pero que no hay unidades disponibles en los concesionarios y han debido conformarse con tener que esperar un embarque o, simplemente, comprarse un auto usado? Es que lo que podría ser considerado a veces un lindo problema, se transformó en una pesadilla para muchas marcas de automóviles, que se han visto desestoqueadas durante este año. Y no en uno, sino en varios de sus modelos.
«El año 2021 ha sido un año muy complejo para el sector automotriz. Lo que ha pasado en Chile se ha visto también en la mayoría de los países del mundo. La industria, en general, pronosticó una recuperación de mercado más lenta dada la pandemia, lo cual no ocurrió», señala Jennifer Müller, gerenta de planificación de marketing de Toyota Chile. Por eso, las marcas han debido fortalecer la comunicación tanto con las fábricas, como con sus redes de concesionarios.
«Nuestra principal estrategia ha sido mantener informada a nuestra red de concesionarios sobre los tiempos de espera para la entrega de unidades y que ellos puedan bajar esa información a los clientes. Todo esto, ajustándose al tema de la escasez de microchips y también los retrasos que existen en los diferentes puertos o distintos problemas de logística», señala Andrés Calderón, gerente de Volkswagen Chile. Algo similar opina Marcelo Sepúlveda, de Nissan, quien agrega que «esto (el desabastecimiento) no ha sido fácil. Básicamente, nuestra estrategia interna es seguir trabajando con las fábricas para mejorar nuestra producción, traer más vehículos a cualquier costo. Es decir, hemos apurado procesos, partes y piezas que hemos logrado traer por avión para poder completar las producciones hacia Chile. Hemos tomado iniciativas, fuimos la primera marca que llevamos un barco hacia Lonquén y, estas han sido las estrategias y acciones que hemos seguido».
Ricardo Junge, gerente de SEAT en Chile, agrega que «lamentablemente, producto de la crisis global de microchips y la falta de certeza en la producción de unidades, hemos evitado hacer reservas con fechas y solo estamos cerrando negocios cuando tenemos certezas de las navieras, las que confirman las unidades que efectivamente vienen en tránsito. Nosotros sabemos los problemas y la falta de información que tienen los clientes a la hora de esperar por su auto, por lo mismo optamos por ser lo más francos posibles y solo vender lo que sabemos que nos llegará y con los plazos más certeros».
Segundo de Sudamérica
Con las cifras de octubre pasado, Chile logró superar por primera vez en el acumulado anual a su par transandino (acumula casi mil unidades más), algo que parecía una quimera hace solo unos meses, considerando la importancia de la industria automotriz allende los Andes y el enorme mercado que, en algunos momentos, llegó a bordear el millón de unidades. Pero los tiempos han cambiado. Y la depresión debido a la pandemia ha golpeado con mucha más fuerza en Argentina, donde las fábricas han debido congelar producción y donde, además, se han restringido al mínimo las importaciones por el efecto dólar. Esa mezcla de inconvenientes que ha sufrido el país hermano le han permitido a Chile hacerse de un sitial que no se imaginaba, pero sabiendo que se trata de una situación circunstancial por temas económicos y de salud.
«El mercado chileno superó en cantidad de unidades al mercado argentino, lo que es un hito, y también es un hito la poca antigüedad de nuestro parque automotor, que en promedio es 9,4 años que es una excelente cifra, que significa que son ventas concentradas en los últimos años y que coincide con vehículos más eficientes energéticamente, de menor consumo, mayores niveles y estándares de seguridad, porque son autos relativamente nuevos. Esto es una gran noticia para el parque vehicular chileno, que si bien tiene una salida que puede significar que son vehículos que pueden permanecer en circulación por varios años, sí demuestra una tasa de renovación bastante constante, de menos de 10 años, en prácticamente todos los segmentos de vehículos», señala Diego Mendoza, secretario general de Anac.
Con los ojos puestos en 2022
Para el próximo año el escenario es incierto, todos coinciden en que debería ser similar a 2021 en ventas. Si bien desde Nissan se aventuran con un mercado que podría rondar las 430 mil unidades, también están claros que todo dependerá de los volúmenes de producción que puedan tener los fabricantes. «Por el lado de la demanda lo vemos muy optimista, pues todavía tenemos un flujo de reserva y nota de ventas muy importante y creemos que va seguir, porque las condiciones así lo muestran», aclara Sepúlveda. Juan José Domínguez, gerente de Audi en Chile, cree que los primeros meses serán complejos, con ventas más lentas, pero «con un fuerte repunte a partir del segundo semestre, donde esperamos tener un mayor stock, así como continuar con novedades y lanzamientos de nuevos modelos».