Cifra equivale al 46% de los pasajeros y tripulación contemplada para el periodo, donde 22 embarcaciones arribarán en total al único terminal multipropósito de la región. Visitantes recorren atractivos de La Serena y Coquimbo, pero también de los valles de Elqui y Limarí.
La pasada temporada de cruceros en el puerto de Coquimbo fue ajustada, pero pareciera que quedará en el olvido. Y es que, entre octubre 2022 y abril 2023, se proyecta un total de 22 naves que recalarán en el único terminal multipropósito de la región, con cerca de 27.301 personas, entre pasajeros y tripulantes.
A la fecha, 13 naves han sido atendidas, retomando la actividad, lo que es una buena referencia para el turismo y la economía local, por la llegada de 12.431 personas, equivalente al 46% de los pasajeros y tripulantes previstos.
Julio Vallejos, gerente General de la Empresa Portuaria Coquimbo (EPCO), plantea que la temporada se ha estado desarrollando según lo programado y sin contratiempos para los cruceristas. “Por nuestra parte mantenemos la coordinación, con los Servicios Públicos y de seguridad para entregar el mejor servicio a los pasajeros”, agrega.
Durante esta semana, arribarán a Coquimbo las embarcaciones Insigna y Aurora, sumándose al crucero Balmoral que recaló el pasado domingo 05 de febrero al puerto, no estaba en la programación inicial.
“La llegada de un crucero no solo es un impulso a un área específica de la actividad turística, sino que activa a diversos servicios públicos que reciben a los pasajeros y tripulantes de estas embarcaciones, tales como PDI, Aduanas, Carabineros, SAG, Sernatur, entre otras, además de toda una la cadena de proveedores de servicios que acompañan a sus pasajeros”, sostiene la directora de Sernatur Coquimbo, Angélica Funes.
Generalmente, los viajes en los cruceros se agendan con al menos un año o dos años de anticipación, y cada temporada trae un mínimo 16 naves. Cada “crucerista” destina unos US$100 al pisar suelo en la región de Coquimbo.
Itinerarios y atractivos
El puerto de Coquimbo se encuentra inscrito en dos rutas. La primera es la oferta de destinos de cruceros “Costa Oeste”, que nace en Miami (Estados Unidos), cruza el Canal de Panamá para acceder al Pacífico, y se detiene por distintos recintos antes de llegar al Callao (Perú), el último puerto antes de ingresar a Chile. El otro circuito es “Cono Sur (Patagonia)” que corre por el Atlántico, antes de llegar a Ushuaia, y acceder a Chile por Punta Arenas.
El 30% de los pasajeros de estas naves de lujo consumen productos turísticos en la zona, principalmente vinos, pisco y artesanías en base a lapislázuli. Incluso, parte de la tripulación que trabaja en los cruceros también genera gasto.
Los pasajeros recorren distintos puntos de Coquimbo y La Serena durante las horas que tiene prevista la detención en el puerto. Entre ellos, el Pueblito de Peñuelas, la avenida Costanera, La Herradura, el Cementerio Inglés, en la ciudad puerto. Mientras que La Recova, el Faro Monumental, la avenida del Mar y los ejes de las calles Cordovez y Pedro Pablo Muñoz, en el casco histórico de La Serena, son los destinos en la capital regional.
“Y el mercado es potente para Coquimbo, pues se generan divisas cada 60 minutos, ya que son turistas que no están más de cinco a seis horas en el destino. Una vez llegados, los pasajeros realizan programas de viajes que se tienen contratados con anterioridad, con tour operadores locales que los llevan incluso a los valles de Elqui y Limarí”, culmina Funes.
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