30 alumnas y alumnos del Centro de Formación Técnica Teodoro Wickel recibieron una charla en el edificio corporativo de la empresa estatal, como parte del Programa Puerto Educa, para luego recorrer el terminal concesionado a TTP S.A.
Por tercer año consecutivo, el Centro de Formación Técnica (CFT) Teodoro Wickel de la Universidad de La Frontera, con sede en Angol, visitó Puertos de Talcahuano. Al igual que en 2023, la portuaria recibió a estudiantes de Administración de Empresas que se encuentran en segundo año de la carrera.
Los 30 alumnos y alumnas de jornada diurna, vespertina y nocturna estuvieron en el edificio corporativo, donde recibieron una charla sobre los objetivos estratégicos de la empresa estatal, sus activos y como operan los puertos de Talcahuano y San Vicente, concesionados a los privados Talcahuano Terminal Portuario (TTP S.A.) y San Vicente Terminal Internacional (SVTI).
Luego de ello recorrieron las instalaciones del Puerto de Talcahuano, conociendo las grúas Gottwald, Stacker y tipo horquilla, además del Muelle 1 y parte de los 80 mil m2 de explanadas que se ocupan para el almacenaje de contenedores vacíos, acopio de carga y bodegas para graneles, entre otros usos.
“En el marco del Programa Puerto Educa, para nosotros es muy importante que instituciones estudiantiles de otras regiones vengan a conocer el sistema logístico portuario de Talcahuano y, por ello, siempre estamos llanos a recibirlos. Sobre todo, aquellos que son parte de nuestro hinterland (área de influencia)”, destacó Pablo Passeron, Gerente General de TTP S.A. y también Presidente de la Comunidad Logística (Comlog).
Marco Astudillo, Coordinador de Carrera en el CFT, expresó: “Es una experiencia enriquecedora para nuestros estudiantes, ya que les permite complementar todos los contenidos que ven en las aulas”.
La estudiante Camila Soto, quien por primera vez visitaba un puerto, dijo que le llamó la atención “el tamaño de los container. El puerto es bonito, entretenido y recorrerlo enriquece mucho”.
El alumno Bryan Sepúlveda comentó: “Nos recibieron con los brazos abiertos. Están súper preocupados por nuestra seguridad”.
“Increíble la cantidad de cosas que se movilizan por aquí, como el carbonato de sodio. Además, me fascinó la grúa, por la cantidad de peso que puede mover, concluyó la estudiante Katherine Studer.
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