Pescador de Antofagasta dice que «no fue valentia; fue resguardar lo que uno tiene y que nos da el sustento».
El miércoles, mientras miles de chilenos de zonas costeras buscaban partes elevadas para protegerse ante la alarma de tsunami, desde la altura observaron que capitanes y patrones de mercantes, buques de la Armada y otras naves emprendían rumbo mar adentro. Los barcos están mas seguros del daño que puede ocasionar un maremoto mientras estén en el océano profundo en lugar de estar anclados en un puerto. En alta mar, la amplitud de onda del tsunami es de sólo unos pocos centímetros, mientras que en la costa las olas alcanzan gran altura.
En marzo del 2014, la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante emitió una circular que establece que las naves deben dirigirse a aguas profundas sobre 5 millas de la costa y a un mínimo de 150 metros de profundidad. En Antofagasta, Sergio Reyes (55), dueño del pesquero «San Jorge», subió a su embarcacion quince minutos después de la declaración de alerta y se adentró en el mar. «No fue valentía, fue resguardar lo único que uno tiene y que nos da el sustento», relata.
Desde Punta Choros, el pescador Marcelo Vergara recuerda la alerta de tsunami que provocó el terremoto de Japón (2011). «Estábamos mas prepara dos, porque nos avisaron con anticipación. Ahí, los botes mas grandes salieron», relata. A su juicio, «es mas complicado estar en la mar cuando hay viento o marejadas» que en un tsunami.
Fuente: El Mercurio
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