Buzos de salvataje realizaron cortes submarinos para sacar todos los elementos que afectaban seguridad de los bañistas.
A Viña del Mar le costó largo tiempo incorporar al borde costero y a las playas como su principal recurso turístico. Durante el siglo XIX y hasta la mitad del XX, sus mansiones se construyeron alejadas del mar.
Ante esa realidad, las extensas zonas de playas fueron ocupadas por grandes industrias, lo que resulta difícil imaginar hoy, ante el fuerte desarrollo inmobiliario y turístico del litoral.
Fueron las marejadas del 8 de agosto último las encargadas de recordar ese pasado. Al llevarse la arena de las playas, que disminuyeron hasta en cuatro metros, quedaron al descubierto 15 cauces en el sector norte de la ciudad, correspondientes a desaparecidas industrias que evacuaban sus aguas al mar. En Caleta Abarca, la playa más popular, surgieron estacas de fierro, que convertidas en virtuales lanzas o puñales enterrados en el fondo marino se transformaron en un peligro para los bañistas.
Se trata de ocultos vestigios de un viejo muelle de la desaparecida Sociedad de Maestranzas y Galvanización, una de las industrias más importantes que tuvo el país, cuyas instalaciones se establecieron en 1883 en Caleta Abarca y permanecieron en ese lugar hasta principios de la década del 30 del siglo pasado. La empresa de Lever, Murphy y Cía. construyó carros de ferrocarril, fabricó la primera locomotora de Chile y Sudamérica -que tenía el número 126 y llevó el nombre de «José Manuel Balmaceda»-, allí se armaron las torpederas Mutilla y Contreras, y se construyeron grandes puentes, como los del río Maule, Perquilauquén, Talagante y Mapocho. En la segunda década del siglo XX, armó automóviles de la marca Westcott.
Como parte de los preparativos para la próxima temporada de verano, buzos especializados de la Unidad de Rescate y Salvataje (URS), formada por ex funcionarios navales, y una partida de salvataje de la Armada cortaron ayer más de un centenar de filosas y peligrosas puntas en el fondo marino.
La labor, en la que tuvo destacada participación el buzo Johan Flores -quien en 2010 realizó similar trabajo en Talcahuano para el despeje de la bahía tras el maremoto del 27-F- se efectuó con el empleo de lanzas térmicas a 4.500 y 5.000 grados Celsius, que permiten cortar estructuras bajo el agua.
La mayor complicación fueron los cortes cercanos a la rompiente, que exigieron mayor esfuerzo por los golpes del oleaje.
Hace 77 años
En 1938, Caleta Abarca dejó de ser una zona industrial y pasó a ser un balneario.
Fuente: El Mercurio
Retiran desde playa Caleta Abarca vestigios de una antigua industria y muelle http://t.co/iv4DcJ1fY2 http://t.co/3u3UcFkhWf