La experiencia vivida después del terremoto del 27 de febrero del 2010 con el tsunami que provocó la destrucción de las cabañas del camping del sector de Ojos de Mar en Llolleo es algo que ningún sanantonino espera que se repita.
Aquella madrugada, muchos vecinos de aquel sector no sabían qué hacer: si quedarse en sus casas o salir a un lugar más seguro. El tiempo fue el peor aliado, y la violenta ola que trajo consigo el tsunami aumentó la catástrofe. Cinco personas fallecieron, ocho fueron rescatadas con vida, y 200 cabañas terminaron completamente arrasadas.
A más de cinco años de aquella tragedia, la comunidad no es la misma en lo que a «cultura sísmica» se refiere. La constante información, los simulacros efectuados con éxito y la positiva evacuación ante la alarma de tsunami realizada por el Shoa y la Onemi con motivo del terremoto de 8,4 grados Richter con epicentro frente a Illapel, demuestran que los sanantoninos han seguido al pie de la letra las indicaciones.
«Para el último terremoto del 16 de septiembre, el proceso de evacuación fue muy bueno a lo largo de la provincia de San Antonio. La gente evacuó de forma ordenada y tranquila», comenta Zvonimir Yuras, gobernador marítimo de San Antonio.
La autoridad estuvo presente ayer en la sala de conferencias del edificio de la Asociación Chilena de Seguridad (Achs) ubicada en Barrancas, donde se llevó a cabo el seminario denominado «Aspectos Científicos de los Tsunamis y Capacidad del Sistema Nacional de Alarmas de Maremotos».
Cecilia Zelaya, jefa de la Sección Modelación Tsunamis del Shoa, también estuvo presente en el seminario. La experta, con una larga trayectoria en el Shoa, asegura que «por zona geográfica, la ciudad de San Antonio está absolutamente expuesta a un tsunami».
Zelaya agrega que «los tsunamis tienen distintos niveles de emergencia. San Antonio es un borde costero con zonas urbanas, por lo que está más expuesto a una emergencia más grande en comparación con un borde costero que no esté urbanizado».
La especialista en tsunamis estima que «como país hemos aprendido qué hacer en caso de un terremoto o un tsunami. Hay una reacción instantánea de la comunidad. Por ejemplo en San Antonio ya saben que tienen que ir a los sectores altos de la ciudad, donde no hay riesgo de alguna emergencia que haya que lamentar».
Para Manuel Valdés, jefe comunal de Emergencias de la Municipalidad de San Antonio, «lo más importante es que la comunidad ha entendido y ha obedecido las indicaciones en caso de tsunami. El pasado 9 de octubre, tuvimos una excelente recepción para el simulacro de terremoto y tsunami que realizamos a las 10.30 de la mañana. De hecho, tuvimos evacuaciones voluntarias en el sector de Tejas Verdes».
La experta Cecilia Zelaya agrega que «la zona segura en la ciudad de San Antonio es sobre la cota de los 30 metros. Ante cualquier riesgo de tsunami el Shoa y la Onemi entregará toda la información clara y detallada para que la comunidad siga los pasos a seguir. No queremos lamentar nuevamente una tragedia como la del 2010».
«Depende del epicentro cuánto se demore en llegar la ola»
Otro de los presentes la mañana de ayer en el seminario «Aspectos Científicos de los Tsunamis y Capacidad del Sistema Nacional de Alarmas de Maremotos» fue Félix Fuertes, encargado provincial de Emergencia y Protección Civil de la Gobernación de San Antonio.
Lo primero que acota Fuentes es la importancia que tienen este tipo de eventos en una ciudad como San Antonio.
«Es una instancia muy valorable. De hecho, agendamos con la experta Cecilia Zelaya una próxima visita para que sigamos una línea de información permanente», reconoció el funcionario de la gobernación provincial.
Para Fuentes, uno de los mitos que hay que derribar para la claridad de la comunidad «es que tras un terremoto de inmediato no viene un tsunami. Todo depende del lugar del epicentro. Por lo que si éste es en San Antonio puede demorarse menos en llegar. Pero si su epicentro se encuentra en otro sector, la ola se demoraría más en arribar a la costa. Si ocurre un sismo en que uno no se puede mantener en pie, hay que evacuar sí o sí, no hay ni que pensarlo», recalcó enfáticamente Félix Fuentes.
Mirando a Valpo
El EmeValpo es el plan de seguridad que existe en el puerto de Valparaíso ante alguna emergencia. Este mismo sistema es el que Fuentes asegura quiere replicar la Gobernación Provincial. «El primer puerto del país necesita un plan de evacuación acorde a toda la gente que trabaja ahí. También estamos muy enfocados en trabajar con la comunidad escolar», dijo.
Fuente: Líder San Antonio
