Ayer regresó a la bahía porteña el emblemático navío de instrucción, tras una travesía de seis meses.
Gran cantidad de familiares y amigos de los 316 tripulantes del BE «Esmeralda» fueron a recibirlos ayer al molo de abrigo, luego que arribaran a Valparaíso después de una travesía que duró seis meses y una semana, y de la cual volvieron con los trofeos más importantes de las regatas internacionales para embarcaciones de su tipo.
El comandante de la «Dama Blanca», capitán de navío Carlos Fiedler, se mostró «muy contento porque creemos que cumplimos con toda la misión del buque, que era la de instruir a 150 jóvenes marinos chilenos profesionales, que se graduaron en diciembre del año pasado, y también la otra misión que tenemos, que es representar a nuestra Marina y a nuestro país en el extranjero, así que venimos con la satisfacción del deber cumplido y muy contentos de volver a ver a nuestras familias después de seis meses de viaje».
En este sentido, Fiedler resaltó que «uno de los hitos importantes es que nosotros participamos en dos de la regatas principales, que son la Sail Bremerhaven, en Alemania, y la Amsterdam Sail, en Holanda, que se hacen cada cinco años y son las más grandes en el mundo, con participación de más de 60 veleros de este tipo, que son los A y B, que tienen más de 60 metros de eslora».
El comandante explicó que «dentro de esa exhibición de buques se hace todo tipo de eventos protocolares y deportivos, y ahí nosotros logramos el primer puesto en las competencias deportivas, así que no solamente nos lucimos por nuestro buque, que es el tercero más grande del mundo, sino también por el espíritu deportivo y de competencia».
A bordo de la embarcación también hubo un procedimiento quirúrgico. En este sentido, la guardiamarina de abastecimiento Constanza Pizarro recordó que cuando estaban en Curazao, «a la semana empecé con molestias, fui a consultar al tiro a enfermería, me hicieron los exámenes pertinentes y al final se decidió por la operación de apendicitis, estuve nerviosa, pero después de la operación tuve una recuperación normal a bordo del buque».
Además, durante el viaje hubo siete miembros de la tripulación que tuvieron nacimientos de sus hijos mientras estaban navegando, por lo que eran los que más esperaban con ansias el regreso a Valparaíso. Uno de ellos fue el cabo primero del banco de sangre Edgardo Riquelme, quien como enfermero también participó de la operación a su colega.
«El viaje fue excelente para mí, en especial porque nació mi hija cuando comenzábamos este crucero, y ahora la voy a conocer, ya que hasta ahora solo la he visto por fotos, por Skype y WhatsApp. Y con respecto a la experiencia de la guardiamarina que se operó, gracias a Dios salió todo bien, tanto en la cirugía como en el post operatorio, en el que estuvo una semana recuperándose en enfermería y luego dos semanas con actividad física restringida», detalló Riquelme, quien además ayer celebraba su cumpleaños.
En el molo de abrigo de Valparaíso se apostó una gran cantidad de familiares y amigos de los tripulantes a recibirlos con pancartas y abrazos. Uno de ellos fue Luis Poblete, quien acudió al lugar para darle la bienvenida a su hijo Juan José, guardiamarina. «Le tocó su último viaje de instrucción, estuvo seis meses y era primera vez que estaba tanto tiempo afuera, así que este regreso es emocionante», señaló Poblete.
Mientras al interior del molo todo era algarabía y abrazos, afuera se desarrolló una manifestación de la Agrupación de Expresos Políticos de la Quinta Región, cuyo presidente, Nelson Aramburú, explicó que «no buscamos venganza por las torturas que ocurrieron a bordo de la ‘Esmeralda’ en dictadura, sabemos que los chicos que vienen ahora regresando, incluso los mandos, no tuvieron nada que ver, pero exigimos que la Armada asuma su responsabilidad».
Fuente: El Mercurio de Valparaíso
Con triunfos en las principales regatas volvió a Valparaíso la Esmeralda https://t.co/TLDoH0OQaS https://t.co/YPsDbmUnjB