Organismo internacional de conservación puso a esta especie en su listado y sólo conociendo su estado en el país se podrá comercializar.
Violeta. Como Violeta Parra, la multifacética artista. Pero no es ella. Ni siquiera es una humana. Violeta es una tiburón sardinero que recibió ese nombre en homenaje a la nacida en San Fabián de Alico, porque como la folclorista, es especial. Ella es la primera en su especie a la que se le instala un transmisor satelital en esta parte del océano Pacífico.
«En unos tres meses más empezaríamos a tener información sobre su movimiento (…) Nos va a proporcionar antecedentes sobre su perfil de buceo, cuánto tiempo está en la superficie, por qué zonas. En el largo plazo, esto permite establecer regulaciones a las pesquerías, por ejemplo», explicó la investigadora del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), Patricia Zárate.
El aporte puede jugar un rol clave en el cumplimiento de Chile de la reciente incorporación hecha por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites). Este organismo sumó a su regulación la pesca de mantarrayas, los tiburones martillo, punta blanca y el sardinero, muy habitual en aguas nacionales desde Caldera al sur. Ninguno de ellos podrá comercializarse si no se cumple con una serie de exigencias, partiendo por conocer su estado actual.
La razón
Antonio Palma, biólogo del área de biodiversidad del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), explicó que su inclusión en Cites se debe a que en el hemisferio norte está amenazada, pero en Sudamérica se desconoce su situación.
El encargado agregó que Chile tiene ventaja, porque gracias a los observadores científicos se conoce algo sobre la captura de escualos, como tallas, peso y sexo en general. En total, el país exporta volúmenes que varían entre las 100 y las 400 toneladas anuales. La cifra es ínfima si se compara con las millones de toneladas que se envían en sardinas y jureles.
Ante el dictamen, el Sernapesca ya trabaja en identificar el estado de conservación. Palma indicó que con conocimiento sobre la cantidad del recurso que vive en las aguas locales se podrán tomar medidas como vedas, establecer temporadas de pesca, cuotas o captura a partir de tallas, entre otras.
A la vez, se trabaja con Aduanas para crear un código que precise que se trata de un sardinero y no, por ejemplo, del azul o el marrajo, que son los más atrapados por la pesca nacional, según contó Zárate.
Para que exista esa claridad, también tendrán que trabajar las caletas, para que ahí se realice su correcta identificación y se pueda exportar.
«En Chile los tiburones aún no están considerados bajo amenaza, porque recién estamos entendiendo lo que está pasando», agregó la especialista.
Fuente: Hoyxhoy
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