Abogado aduce que investigación administrativa «aclaró que quien derramó fue la empresa estatal a través de sus flexibles».
La empresa LR Mimosa, dueña del buque involucrado en el derrame de 38 mil 700 litros de petróleo en la bahía de Quintero, resolvió «romper su silencio» y responder públicamente, a través de su abogado en Chile, a la acción iniciada en su contra por el Consejo de Defensa del Estado (CDE) para que pague una millonaria indemnización por el daño causado al ambiente.
«El Estado sabrá lo que hace. Pero para nuestro gusto y considerando lo que ha concluido la autoridad marítima (que investigó las responsabilidades administrativas en el episodio), es insólito que no haya demandado también a Enap. Insólito», dijo el profesional Leslie Tomasello Hart, que defiende a ese armador en el país.
Basado en el Convenio Internacional de Responsabilidad Civil Nacida de Daños por Contaminación de Hidrocarburos (1992), que hace recaer tal responsabilidad siempre en el dueño del buque transportador de petróleo aun cuando haya terceros involucrados en la cadena causal del derrame, el CDE demandó a LR Mimosa.
Para Tomasello, de la dinámica de los hechos establecida en la investigación de la Gobernación Marítima de Valparaíso se infiere que es aplicable el artículo 147 de la Ley de Navegación. Este hace responsable civilmente al dueño de las instalaciones terrestres que produzcan daños al medio ambiente marino por el vertido de sustancias contaminantes. «En este caso, corresponde al terminal de descarga de petróleo de Enap en el puerto de Ventanas», aseveró.
La investigación de la Armada atribuyó responsabilidades a todos los participantes en el incidente: práctico, patrón del remolcador, oficiales del barco y Enap. Pero, según Tomasello, estableció que el petróleo escurrió al mar desde los flexibles del terminal de descarga de Enap, cuando estos se desprendieron del manifold (conexión), en el sector de descarga del buque, y cayeron al mar. «El crudo ya se había entregado y estaba en la cañería del receptor», dijo.
Los flexibles se desprendieron a causa de la tracción excesiva aplicada por el remolcador, que solo debía aplicar la suficiente para impedir que el buque Mimosa golpeara a la monoboya de descarga. Antes esa fuerza había roto las espías que ataban el buque a la monoboya.
Los flexibles y las espías son parte de las instalaciones de Enap. Tomasello destacó que la indagación de la Armada estableció que a los primeros se les había retirado una válvula de seguridad que habría reducido el escurrimiento de crudo y que las segundas no estaban en buenas condiciones.
Demandas
Pesqueras, transportistas, pescadores y la propia Enap figuran en las ocho acciones por indemnización.
Fuente: El Mercurio
Para dueños de buque Mimosa es «insólito» que el CDE no demande también a Enap https://t.co/7PCASOKL0f https://t.co/alQJG5MBCV