Armasur, la entidad que agrupa a la mayoría de los armadores que operan en la zona sur-austral del país, insistió en la necesidad de actualizar la legislación marítima, con la finalidad de otorgar mayor competitividad a la navegación en las aguas interiores.
Así lo dio a conocer el gerente del gremio, Manuel Bagnara, quien recordó que la conectividad que se realiza al sur de Puerto Montt es básicamente a través del mar.
Y las estadísticas lo avalan. Mientras en 1991 había sólo 37 naves en esta zona, la cifra creció hasta llegar a 231 hoy en día. De hecho, Bagnara destaca que el 84% de la flota nacional se encuentra en esta parte del país.
Al no existir en Chile una normativa que regule en forma particular la navegación en aguas interiores, la Autoridad Marítima, a través de sus Capitanías de Puerto, aplican normas legales referidas a la navegación internacional o de altamar.
Ello genera que «la regulación no sea la adecuada en términos técnicos y operacionales, imponiendo burocracia, costos y distorsiones» que afectan la competitividad.
Bagnara recuerda que este tipo de dificultades ya ha sido enfrentada por otros países pertenecientes a la OCDE, como Noruega y Alemania. Para ello, han utilizado las normativas dictadas por la Organización Marítima Internacional (OMI).
En Chile, el problema surgió en el año 2003, cuando los valdivianos lograron la visita de la Comisión de Defensa del Senador. ¿La razón? Las autoridades les estaban exigiendo la aplicación de normas internacionales para navegar por el río Valdivia.
A partir de entonces surgió la idea de establecer una legislación que regule la navegación fluvial. Sin embargo, a esta tarea se ha sumado Armasur, con la idea de presentar un proyecto de ley que permita regular la navegación de aguas interiores.
Actualmente, la legislación chilena establece cinco tipos de navegación: marítima, regional, fluvial, lacustre y de aguas protegidas. Pero la única que cuenta con normas es la marítima, la que se aplica al resto de las actividades.
Bagnara explica que esta situación ha generado una serie de dificultades prácticas, especialmente de carácter burocrático.
El ejecutivo afirma que nuestro país tiene una legislación del siglo XIX, en materia marítima, para naves que son del siglo XXI.
Y da un ejemplo. «El reglamento pide un fogonero. Hoy nos podrían pasar una infracción por no tener un fogonero, un telegrafista y un comisario a bordo. Exigencias para un barco de vapor», cuenta.
Armasur cree que, aprovechando el trabajo realizado por los valdivianos, es un buen momento para legislar no sólo para el río Valdivia, sino que, en general, para normar la navegación de aguas interiores.
Para ello, han contado con el apoyo del senador Rabindranath Quinteros, quien se ha mostrado a favor de legislar.
El congresista explicó que ha planteado que el cabotaje es muy diferente a la navegación oceánica. «De Puerto Montt al sur hay un tránsito de pasajeros que llega a los 5 millones al año y a un millón de vehículos», dijo.
Por ello, Quinteros cuestionó que se aplique la misma legislación para la navegación oceánica que la regional.
«Hay que revisar y darle las condiciones laborales, primero a la gente embarcada. Tiene que haber una legislación que se adecue a las necesidades laborales», insistió.
Bagnara aclara que no se trata de legislar sólo para la industria naviera, puesto que ésta es solo un engranaje «del desarrollo de la zona sur austral».
En este sentido, el principal interés de Armasur es poder modernizar los reglamentos navieros, con la idea de que ello permitirá mejorar la competitividad de todo el sector.
Por ello, han analizado los 40 reglamentos que son aplicables al sector. Y, de esa cifra, propusieron modernizar los 10 que consideran más críticos, algunos de ellos contradictorios entre sí.
Al respecto, Bagnara recalca que la seguridad seguirá siendo la prioridad en su propuesta.
Sin embargo, quieren reducir la burocracia, hacer más atractivas las carreras para los tripulantes, modernizar los servicios y ampliar las facultades de los capitanes regionales.
Fuente: El Llanquihue