Según el arquitecto y profesor de la Universidad de Chile, Alberto Texido, hacia el año 1920 los puertos de Barcelona, en España, y de San Antonio, en Chile, tenían una similitud en su fisonomía. Sin embargo, actualmente estas dos ciudades se diferencian por la forma en que se ha ocupado el borde de costero y cómo eso ha afectado a la comunidad.
En el auditorio de la Asociación Chilena de Seguridad (Achs) se llevó a cabo ayer la presentación de los resultados del «Taller San Antonio», un programa que nació del convenio de colaboración firmado por la Facultad de Arquitectura de la Casa de Bello, la Corporación de Desarrollo Estratégico de la provincia de San Antonio y el municipio local, y cuyo objetivo esencial era que los futuros arquitectos crearan ideas sobre el diseño que debería tener esta ciudad en un plazo de 20 años cuando entraría en operaciones el Puerto de Gran Escala (PGE).
En dicha cita, Alberto Texido fue uno de los oradores y resaltó que la ejecución del PGE en San Antonio implica varios desafíos.
«El caso de San Antonio sin duda que es notable, porque el PGE, que se sabe que es una tremenda discusión regional y que se ha alargado muchos años en resolver, es un escenario de oportunidades», dijo.
El arquitecto argumentó que el desarrollo del PGE debe ser «una oportunidad para que esta ciudad acompañe esa gran infraestructura, con ese avance que tiene pendiente de alcanzar los estándares de calidad de vida urbana que hoy no tiene, pero que puede tener».
Texido planteó que siempre va a ser complejo para una ciudad puerto equilibrar calidad de vida y competitividad portuaria, para lo cual admitió que es necesario que coexistan los intereses de la comunidad y el movimiento de contenedores.
Para el arquitecto, es «utópico» que la ciudad de San Antonio tenga «los índices más altos de calidad de vida» que ostenta Barcelona, pero reconoció que se puede avanzar en esa línea y para ello se requiere que haya un trabajo integral que abogue por una apertura del borde en que se mezclen y coexistan las distintas actividades.
«Las posibilidades de transformaciones que tiene la ciudad cuando descubrimos los lugares más deteriorados, son la base sobre la cual hemos trabajado», agregó el experto sobre la labor del «Taller San Antonio».
La pandereta
En lo práctico, Texido propuso que no deberían existir los dos kilómetros de pandereta que, según él, separan al puerto de la ciudad. «Si uno va al mundo desarrollado y comienza a ver cuáles son las oportunidades que una ciudad portuaria le entrega a su entorno, veremos que la pandereta dejó de ser la relación», apuntó.
De esta manera, insistió en que el San Antonio del futuro debe «reemplazar esa pandereta de dos kilómetros por una intervención urbana de mediano y corto plazo que permita una nueva ciudad y recuperar ese borde costero original de 1910 y también recuperar una conexión ambiental entre la desembocadura del río Maipo y la zona norte del cerro Centinela».
Fuente: Líder San Antonio