Beltrán Urenda, presidente de la CMC: «En Valparaíso estamos todos tirando cada uno para su lado»

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«Ha sido un proceso de adaptación bien difícil, porque hemos tenido que reconvertirnos un poco. Teníamos servicios hacia la costa este americana, también al norte de Europa, al Mediterráneo, dos servicios a Oriente en un determinado minuto, de transporte de autos, etc.», comenta el presidente de la Compañía Marítima Chilena (CMC, ex CCNI), Beltrán Urenda Salamanca, respecto a esta reconversión de una empresa que destacó en el transporte de contenedores a nivel global.

El empresario naviero e integrante del grupo económico que lidera GEN (Grupo de Empresas Navieras) y a través de ella otras sociedades como Agunsa, ve con preocupación lo que pasa con el desarrollo portuario en Valparaíso, ciudad relacionada directamente con el origen del conglomerado. «Está complicado el tema», señala, mientras repasa lo que han sido los vaivenes de la industria naviera en los últimos años y que los llevó, como grupo, a tomar decisiones importantes en su momento, como la venta de los activos de la otrora Interoceánica a la alemana Hamburg Süd.

«Para nosotros no era posible seguir así y a la Sudamericana también le pasó algo similar, se transformó en accionista de una empresa alemana, pero de la chilena quedó una parte pequeña. Nosotros nos quedamos con nuestra experiencia, con nuestras redes, con Agunsa y otras empresas del grupo, y con la parte armatorial», apunta el abogado, recordando que como CMC debieron reinventarse.

En esa línea, cuenta con cuatro naves de 9 mil Teus construidas en astilleros coreanos, tres buques de 3.100 Teus en comunidad con un naviero alemán, además de cuatro naves petroleras que le han permitido a la CMC afrontar licitaciones con éxito.

– ¿Se han logrado consolidar en este tiempo?

– En esa parte estamos bien. La mala noticia que nos trajo el 2017 es que cuando estábamos en un periodo de tranquilidad, los japoneses desahuciaron los servicios de automóviles y eso nos afectó. Ello nos enfrenta a un desafío muy importante porque si bien todavía estamos operando, se va a acabar en un par de meses más. Allí vamos a tener que ver qué hacemos, porque tenemos una actividad armatorial consolidada, pero la parte de transporte en la que estábamos, que era automóviles, quedamos fuera. Vamos a analizar qué hacemos. Esa es la meta del año (…) estamos buscando nichos que no necesariamente pueden estar dentro de nuestras fronteras.

– ¿Cómo ve a Valparaíso en materia de infraestructura portuaria?

– Está complicado el tema. Creo que hay tres cosas: el Terminal Dos, el tema de los cruceros y el Puerto de Gran Escala. En el caso del T2, está enredado por una serie de razones, la comunidad se opuso.

– Ustedes postularon a ese terminal. A la distancia, ¿qué piensa?

– Quizás fue bueno para nosotros no haber ganado. OHL fue muy agresiva en su oferta, ganó por lejos. Nosotros siempre pensamos que nuestro proyecto era mejor, más amistoso con la ciudad, porque hay que conciliar la ciudad puerto con la patrimonial. Pero teníamos contenedores y ahora no. Así que mirándolo con perspectiva, habríamos estado en problemas, aunque nuestra oferta fue realista.

– ¿Y respecto a los cruceros?

– Se invirtió mucho, se hicieron cosas muy buenas, como el terminal de pasajeros, pero se produjo la tormenta perfecta y regalamos a San Antonio los cruceros, lo que es una locura.

– ¿Se podrán recuperar para Valparaíso?

– Estamos en eso. Estamos haciendo muchas cosas, por ejemplo, romper la estacionalidad, y eso no es propiamente un tema de CMC, pero sí como grupo. Traer otros cruceros, porque los que llegan usualmente acá son los que están en el hemisferio norte en el verano de ellos y se vienen para acá en el invierno. Existe un grupo que está fuera de ese circuito, como los que dan la vuelta al mundo. También buscamos otras opciones con países como Panamá. Estamos en eso.

– El PGE finalmente se decidió hacer en San Antonio.

– Primero encuentro una locura que un Gobierno que se está yendo tome una decisión país. Ahora, si estaban seguros de la decisión, ¿por qué no se dio a conocer antes de las elecciones? Políticamente se hizo una cosa que políticamente dentro de la región no es buena. Además, opino que es prematuro.

– ¿Por qué?

– Piense usted que hay dos terminales sumamente explotados, que son el Terminal Uno de Valparaíso y STI en San Antonio, pero tenemos en Valparaíso un Terminal Dos que no se ha hecho y en San Antonio está Puerto Central, que por algo hicieron todo lo posible para atraer a los cruceros. En suma, tenemos dos terminales a pleno, otro que no está plenamente ocupado y otro que ni siquiera se ha construido y estamos ya en el Puerto de Gran Escala. Está bien, pensémoslo, porque va a llegar el minuto en que el país probablemente lo va a necesitar, pero es un tema de 15 a 20 años más y mientras tanto seguimos postergando a la pobre ciudad de Valparaíso.

– ¿Le hace mal a Valparaíso esta tensión entre la empresa portuaria y el municipio, sobre todo a raíz de lo que pasó en Barón?

– Por supuesto que es malo. Yo me oponía al mall porque Valparaíso es una ciudad que tiene que priorizar su destino portuario, pero la verdad que con el tiempo se fue mejorando el proyecto y pudo haberse conciliado. Y en este minuto lo peor es quedarse como lo que le pasó a Viña del Mar cuando el hotel Miramar se cayó y estuvo por años botado. Ahora, el hacer un parque abierto a la comunidad es una locura, sabemos lo que pasa con ellos. Con suerte, basurales, y con mala suerte, se prestará para los asaltantes y otras cosas. Allí tiene que haber inversión, buscar algo que se integre y que atraiga a la comunidad al puerto y que no afecte el crecimiento de Valparaíso. Si esta ciudad siempre fue puerto.

– Da la impresión que en Valparaíso hay muchos intereses y por ello no avanza.

– En eso tenemos que aprender de San Antonio, que es una ciudad que puede tener muchas desventajas respecto a Valparaíso, pero están unidos. Y nosotros, aquí, todos tirando cada uno para su lado. Ese es el gran problema que tenemos.

– ¿Qué piensa de los proyectos ferroviarios que han surgido últimamente?

– Me parecen muy interesantes. Tanto para pasajeros, porque beneficiaría a todo el Gran Valparaíso, como para la parte portuaria, que sería tanto para Valparaíso como San Antonio. Es un proyecto que me entusiasma mucho y se señala que no implicaría ningún gasto fiscal, sino que sería una concesión. Una inversión de los chinos que, obviamente, van a ganar dinero con esto, pero el erario nacional no se va a ver recargado. Tengo bastante esperanza en que algo salga de esto.

«Tenemos que aprender de San Antonio, que es una ciudad que puede tener muchas desventajas respecto a Valparaíso, pero están unidos», Beltrán Urenda Salamanca, Presidente de la CMC»

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Fuente: El Mercurio de Vaparaíso