De acuerdo a un informe realizado por la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), la depreciación de la moneda estadounidense ha llevado a que los sectores ligados a la industria pierdan retornos de sus envíos.
La depreciación del peso chileno continúa afectando a las exportaciones del país, especialmente a los sectores que envían productos no relacionados con la minería provocando que pierdan competitividad en el mercado internacional.
Y es que ayer nuevamente el dólar protagonizó una jornada de caídas al cotizarse en los $606, reportando un descenso de $2 respecto a los $608 del cierre del viernes. Desde inicios de diciembre, el tipo de cambio ha caído casi $50.
En este contexto, la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) elaboró un informe donde señala que el 65% de las exportaciones no cobre presentan problemas de competitividad frente a otros mercados, mientras que la canasta exportadora minera, se mantiene plenamente en zona de competitividad cambiaria.
Además señala que pese a la recuperación en los precios internacionales, la canasta exportadora ha mostrado un nuevo retroceso competitivo respecto de la situación del primer semestre de 2017, donde los productos del sector forestal y muebles, madera aserrada, chips de madera, bebidas y tabaco, la industria metálica y química, han sido los más afectados.
Pero ¿cuáles serían las razones de este debilitamiento del peso chileno? De acuerdo a la CCS, “alrededor del 90% del descenso observado en los últimos cuatro meses obedece exclusivamente al comportamiento de la divisa en los mercados internacionales, cuyos canales de transmisión operan también a través de un alza en la cotización en dólares del precio del cobre”.
Este brusco descenso en el tipo de cambio, que lo ha acercado a la barrera sicológica de los $600, tiene diversos significados. Por una parte, dice la CCS, lo aleja en forma más o menos importante del tipo de cambio real de equilibrio de largo plazo de la canasta exportadora, el cual hoy se ubica en torno a los $650. Este distanciamiento del dólar respecto del equilibrio de largo plazo es de aproximadamente 7%, lo que tensiona el mercado cambiario y resta competitividad a diversos sectores exportadores.
Para María del Pilar Cruz, economista senior de la CCS, “este debilitamiento genera una mayor dificultad para llegar a los mercados externos en aquellos sectores menos competitivos”.
Para la CCS, desde un punto de vista sectorial, la actual disminución del dólar no define por sí sola la competitividad externa. También se conjugan otros elementos, como los precios de exportación de los distintos productos. Mientras más elevados sean los precios a los que un determinado sector exporte su producto, más alto es también el tipo de cambio real, y viceversa. “Visto de otro modo, aun enfrentando una caída significativa en el tipo de cambio, un sector exportador se puede mantener competitivo si sus precios en los mercados externos suben de forma tal que al menos compensan la caída en el dólar”, señala la CCS. Pese a ello, la economista asegura que no es necesario que haya una intervención por parte del Banco Central.
Similar visión entregó Juan Carlos Martínez, presidente de Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas (Asimet), quien indicó que el nivel del tipo de cambio “nos pone en un aprieto. Nos obliga a ser más eficientes y a tener una mayor productividad”. En ese sentido, el timonel de Asimet puntualizó que el dólar de estos sectores es mucho más alto y que incluso puede llegar a $750. De igual manera, manifestó que el Banco Central no debería intervenir. “No se saca mucho. La fuerza de la demanda y de la oferta es mucho más grande. Lo único que tenemos que hacer es ser más eficientes”, explica. Respecto a las exportaciones, la CCS asegura que el desafío de elevar las exportaciones en 3% o 4% durante 2018, se hace una tarea más compleja tras este agudo panorama cambiario.
Fuente: Pulso