Se agudiza la guerra comercial desatada entre Estados Unidos y China. El gobierno de Xi Jinping decidió aplicar nuevos aranceles a productos estadounidenses por otros US$ 60 mil millones anuales en respuesta a los gravámenes por US$ 200 mil millones a bienes chinos anunciados el lunes por la administración de Donald Trump.
La medida dispuesta por el gigante asiático entrará en vigor el próximo 24 de septiembre, inmediatamente después de que comiencen a regir las sobretasas exigidas por EE.UU.
El Ministerio de Comercio chino lamentó los gravámenes que aplicará el Presidente Trump y sostuvo que «Estados Unidos insiste en la imposición de aranceles, lo que ha traído nueva incertidumbre a las negociaciones bilaterales. Esperamos que EE.UU. reconozca las consecuencias de tales actos y tome medidas para corregirlos de forma oportuna». La entidad afirmó que no le queda más remedio que tomar represalias simultáneamente y que su respuesta se fundaba «para proteger sus derechos e intereses legítimos y el orden en el libre comercio internacional».
No obstante, la reacción china podría avivar aun más la escalada de tensiones comerciales, ya que el Mandatario estadounidense amenazó con gravar otros US$ 267 mil millones si China respondía a la acción norteamericana. Lo anterior provocaría que el conflicto se encauzara hacia una tercera fase de medidas.
Una vez que el alza de impuestos efectivamente entre en vigencia, los aranceles aplicados por China comprenderán el 85% del valor total de las compras que hace a Estados Unidos. Entre ellas se cuentan computadores, aviones, vino, trigo y gas natural licuado, entre otros productos.
Consultado sobre este tema, tras participar ayer en el Tedeum Ecuménico, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, sostuvo que «siempre se espera que la racionalidad prime. Considero lamentable que tengamos nuevas sanciones comerciales que pueden desencadenar represalias y posibles nuevas acciones de parte de EE.UU.». El secretario de Estado añadió que «es mejor que los problemas se solucionen conversando».
Esta guerra comercial no ha sido inmune para Chile, ya que el país se ha visto afectado de manera directa por su impacto en el cobre y también de forma indirecta. Por ejemplo, a causa de esta situación, India aplicó un impuesto a las compras de nueces sin importar el país desde donde provengan, lo que ha complicado a los exportadores chilenos de este fruto seco.
Represalias
Estados Unidos amenazó con nuevos gravámenes si China reaccionaba.
Fuente: El Mercurio
