2018 será un año clave para el proyecto Terminal 2, a cargo de TCVAL -firma que hoy es controlada por el fondo australiano IFM- que consiste en la construcción y operación de un nuevo terminal de contenedores en Valparaíso. La iniciativa está en trámite ambiental desde septiembre de 2014, sin embargo, aún está a la espera de los permisos para comenzar las obras. Las dificultades que ha tenido la implementación del terminal es lo que ha llevado incluso a la firma a evaluar retirarse del proyecto.
Pero la compañía aún apuesta para que el proyecto de US$500 millones obtenga su Resolución de Calificación Ambiental (RCA) y revertir su suerte.
Ayer, la compañía presentó a la autoridad ambiental la Adenda con la respuesta a las observaciones formuladas por los servicios públicos al expediente en octubre de 2017.
El documento da cuenta de las modificaciones que la compañía introdujo al proyecto original en respuesta a las observaciones formuladas. En concreto, disminuye el área del proyecto. La concesionaria desistió de una parte de la iniciativa que se sobreponía sobre una ZT (zona típica) Área Histórica de Valparaíso y del sitio de Patrimonio Mundial. “Esto ha significado una disminución de 595 m2 del área del sector TCVAL del proyecto”, señala en la Adenda.
De esta forma, asegura que no habrá áreas, obras o acciones del proyecto que se emplacen sobre esta zona de Valparaíso. Sin embargo, dice que aún así determinó medidas de compensación ante una pérdida de atractivo de disfrutar las vistas hacia y desde el mar en el Área Histórica de la ciudad, como el aporte de recursos económicos anuales a una “Mesa de Responsabilidad Empresarial y Gestión Patrimonial”.
Dichos fondos se destinarán a actividades vinculadas con la gestión, construcción de infraestructura y equipamiento y la realización de actividades para la protección y puesta en valor del patrimonio cultural de Valparaíso, específicamente en dichas áreas. Esta instancia está constituida por un representante de Empresa Portuaria Valparaíso, dos representantes de la concesionaria y uno de la Municipalidad de Valparaíso. Además se invitará a participar a un representante de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural, del Gobierno Regional y de la Seremi de Medio Ambiente.
Esta medida se implementará desde el inicio de la fase de construcción y durante toda la operación del proyecto. Al obtenerse la RCA, dijo la empresa, se modificará el contrato de concesión, estableciéndose la obligación de complementar el aporte actual, que asciende a UF 4.400 anuales ($119 millones), con US$200.000 anuales más.
Fuente: Pulso