Los puertos chilenos nos conectan con el mundo, movilizando más del 90% de la carga de exportaciones e importaciones del país. Así, la dinámica de la actividad marítima y portuaria esta intrínsecamente vinculada al desarrollo del comercio exterior. La actividad ha crecido constantemente debido a un aumento del intercambio comercial a nivel global, a lo cual se suma un cambio en la distribución espacial y temporal del transporte de carga.
A pesar de que los puertos chilenos cuentan actualmente con la infraestructura necesaria para enfrentar mayores volúmenes de carga en menores tiempos, sus accesos y la conexión de los puertos con los centros de generación y recepción de cargas presentan importantes cuellos de botella.
Esta realidad debe abordarse, en parte, a través de un trabajo conjunto entre los puertos y sus municipalidades, diseñando soluciones apropiadas que se ajusten a su realidad local, pero también mediante la implementación de una red ferroviaria de transporte de carga, como componente de una solución logística integrada al sistema.
Por otro lado, cualquier medida que se adopte para solucionar los cuellos de botella del sistema logístico requiere una mayor coordinación entre los actores públicos y privados que participan, mediante una institucionalidad robusta capaz de conciliar los distintos intereses necesidades y recursos.
Llego la hora de iniciar una nueva etapa que debiera estar marcada por una coordinación sectorial eficaz, liderada por el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones. Consideramos esencial fortalecer la Comisión Nacional para el Desarrollo Logístico (Conalog), transformándola en una instancia con mayor representación y capacidad de acción. Para ello, debieran integrarse a la Comisión los ministerios de Economía, Defensa, Trabajo y Vivienda y Urbanismo, con la vicepresidencia de la Comisión en el Ministro de Economía, que está encargado de velar por la competitividad de la economía nacional.
A su vez se debe dotar al comité de atribuciones para determinar reservas de espacios costeros con aguas abrigadas para uso portuario y disponer las áreas de apoyo necesarias, logrando consensos previos y las resoluciones necesarias para reservar este uso.
Si no contamos con una institucionalidad robusta corremos el riesgo de perder competitividad como país. A pesar de que Chile ha mantenido una posición de liderazgo en Latinoamérica en los indicadores de desempeño logístico internacional, no hemos tenido mayores avances en los últimos siete años, dejando el espacio para que otros países tomen ventaja.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso