La recomendación favorables del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) al polémico proyecto de ampliación portuaria Terminal Cerros de Valparaíso (TCVAL), conocido por su denominación de Terminal 2 (T2), no dejó indiferente a los distintos actores que apoyan y rechazan la iniciativa. De esta forma se reabrió el debate respecto a la pertinencia del nuevo terminal y los efectos que tendrá para la ciudad, con una inversión que bordea los US$ 500 millones y que se tramita desde septiembre de 2014.
Tras obtener la resolución de calificación ambiental favorable, la Comisión de Evaluación Ambiental (CEA) regional, instancia que preside el intendente, Jorge Martínez, y la integran once servicios públicos, sesionará en forma extraordinaria el próximo 5 de septiembre para someter a votación el pronunciamiento del SEA. En caso de ser aprobado, se allana el camino para construir el nuevo terminal de contenedores en Valparaíso, con una superficie aproximada de 13,6 hectáreas.
En el marco de la conformación del Consejo de Coordinación Ciudad-Puerto de Valparaíso, diversos actores expresaron su opinión respecto a las eventuales consecuencias que generará el nuevo terminal portuario.
El alcalde Jorge Sharp esbozó que «quizás si este consejo se hubiese constituido con anterioridad, la expansión portuaria que propone la EPV no tendría los problemas que tiene hoy día», en directa alusión al proyecto de TCVAL.
Sobre eventuales acciones judiciales en caso de que el Terminal 2 obtenga la RCA, Sharp manifestó que «eso se verá en su momento, viene la siguiente etapa administrativa, que es que el Consejo de Evaluación Ambiental tome la decisión que tenga que tomar, decisión que deberá tomar el intendente junto a los seremis respectivos. Yo no hago política en base a supuestos, vamos a esperar qué es lo que señale la entidad administrativa para saber qué es lo que va a pasar con este proyecto».
Ante los emplazamientos a «respetar la institucionalidad», tal como lo realizó el diputado Andrés Celis, Sharp acusó «desconocimiento», ya que la «la institucionalidad ambiental tiene una etapa administrativa con dos instancias, que es el CEA que preside el intendente, y el Consejo de Ministros, que preside la ministra de Medio Ambiente. Luego hay una segunda parte de la institucionalidad ambiental, que son los tribunales de justicia. Entonces, evidentemente, una autoridad, más allá si le parece o no un proyecto, debe respetar a institucionalidad. Uno espera que la institucionalidad esté a la altura de lo que espera la gente y que dé las certezas que no le dio a la gente de Puchuncaví, Quintero y Ventanas en materia ambiental, sino que le dé certeza de que son proyectos que no van a afectar a la salud ni al desarrollo de la ciudad».
En la misma línea, la autoridad porteña enfatizó que «no queremos un proyecto que afecte la salud, un proyecto que opaque al resto de las vocaciones productivas de la ciudad. Es lógico que vamos a respetar la institucionalidad».
Las observaciones al proyecto presentadas por el municipio en las adendas 1 y 2 tienen relación con el eventual impacto a la salud en la etapa de construcción y operación del T2, el impacto al patrimonio de la ciudad y a su desarrollo urbano, al existir un segundo proyecto relacionado con la conectividad, con un túnel desde el Acceso Sur hacia el T2, que pasa bajo la Plaza Sotomayor, aún en etapa de evaluación ambiental.
Sharp insistió que «no estamos en contra del desarrollo portuario y que Valparaíso requiere la construcción de un nuevo puerto, pero han faltado instancias de diálogo, lo cual hemos planteado al anterior gobierno y al actual, algo que ha faltado en los últimos diez años».
Sobre la posible judicialización del proceso, el intendente Jorge Martínez afirmó que anunciar acciones cuando aún no se conoce el contenido del informe es «prejuzgar respecto a una situación futura. Yo llamaría a actuar con mucha prudencia. Todos sabemos que Valparaíso necesita potenciar su actividad portuaria, que tiene que ser compatible con la ciudad, el informe de estudio ambiental hace referencia a eso, a los estudios ambientales y de salud, lo cual conoceremos el próximo miércoles».
Ante los reparos del alcalde Sharp al proyecto, el intendente hizo un llamado a «ser responsable y no anticiparse. Sin conocer el informe y su evaluación, que alguien esté anticipadamente en contra me parece un poquito riesgoso. Valparaíso necesita crecer y desarrollarse y que tenga fuentes de trabajo».
El gerente general de TVCAL, Álvaro Espinosa, calificó como «una muy buena noticia» la resolución del SEA que le permite a la empresa avanzar en la calificación ambiental, a la espera de la votación del CEA. «Si se vota favorablemente, vamos a poder obtener la RCA que permitiría construir el proyecto», destacó.
No obstante el avance en la tramitación, Espinosa reconoce que «es muy probable que se judicialice el proceso. En ese caso habría que esperar el final del proceso judicial». Recalcó que en caso de entramparse el proyecto uno o dos años más, habrá que «evaluarlo en su momento y esperar que se desencadenen los hechos».
Sobre la incorporación de nuevos actores en el puerto de Valparaíso, tras la recomendación favorable que recibió TCVAL, el gerente general de TPS (Grupo Ultramar), Oliver Weinreich, lo calificó como «positivo porque nosotros competimos con San Antonio, entonces tenemos que lograr fuerza en tamaño para dar capacidad a la macrorregión de la zona central».
El representante de TPS recalcó que «la competencia la vemos como positiva, siempre nos ha aportado a ser mejores, totalmente de acuerdo con tener competencia de la buena».
Respecto a los detractores al T2 y la relevancia del apoyo por parte de la ciudadanía, Weinreich reconoce que «hay que escucharlos a todos para hacer un proyecto positivo. Tal como en el Consejo Consultivo se buscan soluciones que incluyan a toda la comunidad, también en este proyecto todos deben estar conformes».
El presidente del Colegio de Arquitectos Región de Valparaíso y académico, Claudio Carrasco, fue categórico en el caso de la eventual aprobación del T2: «En el caso de la bahía de Valparaíso, la mitad se sacrifica por la otra mitad; en el caso de la región, creemos que el borde costero pasa a ser una zona de sacrificio completa para la región, pensando en lo que pasa en Puchuncaví y lo que va a pasar en Laguna Verde, que se sacrifica por la aparición del T2». El profesional criticó «todo lo que sacrifica la ciudad por un actor que, hasta ahora, no ha tenido una relación armónica con la ciudad».
Respecto a la vía judicial para impugnar el proyecto del T2 que anunció el concejal Daniel Morales, miembro del Colegio de Arquitectos, el dirigente gremial reconoce que «es la instancia que está quedando, el Colegio de Arquitectos presentó observaciones al proyecto en el proceso de evaluación ambiental».
El alcalde Sharp calificó de «legítimas» las críticas del Colegio de Arquitectos y la vía de presentar un recurso judicial. «Comparto muchas de las observaciones que realiza el Colegio de Arquitectos a este proyecto. Vamos a esperar que concluya la etapa administrativa para analizar qué nos dice y cuáles son los elementos que tomará en consideración la comisión para aprobar o rechazar, para saber cuáles son los cursos de acción», sentenció.
Desde el Pacto Urbano La Matriz se convocó para hoy a una manifestación en rechazo a la aprobación del estudio de impacto ambiental realizado por el SEA. La convocatoria se realizó a través de redes sociales, a partir de las 12.30 horas, en el frontis de la sede del SEA en calle Prat, por considerar que «este proyecto atenta seriamente a la salud de los porteños y a la condición patrimonial de Valparaíso».
Fuente: El Mercurio Valparaíso