El domingo entró en vigor el TPP11, la nueva apuesta contra el proteccionismo

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Unos 500 millones de personas están vinculadas desde hoy en la nueva versión del acuerdo conocido como TPP, que busca facilitar el comercio entre 11 países decididos a unir sus esfuerzos para desafiar la creciente ola de proteccionismo.

El acuerdo, con el nombre oficial de Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP) pero también conocido por sus siglas TPP11, entró en vigor hoy después de haber sido ratificado el 31 de octubre por la última de las seis naciones mínimas firmantes que se requerían.

Se trata de la versión actualizada del TPP, firmado en 4 de febrero de 2016 pero que entró en crisis a raíz de la decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de retirar a su país de esa iniciativa en 2017.

El TPP11, integrado por once naciones, entre ellas Chile, nace en medio de la todavía latente guerra comercial entre EEUU y China, unas tensiones con efectos colaterales y que han derivado en el aumento del proteccionismo.

Pero Japón, según su ministro de Revitalización Económica, Toshimitsu Motegi, cree que el TPP11 “va a mandar un fuerte mensaje de que las reglas (de comercio) libres y justas se van a extender por el mundo”.

“Como portador de la bandera del libre comercio, Japón continuará promoviendo una zona económica libre, justa y basada en reglas para un mundo global”, manifestó esta semana el primer ministro nipón, Shinzo Abe.

El TPP original fue una de los objetivos elegidos por Trump durante la campaña para atacar acuerdos de libre comercio globales e insistir en la necesidad de lanzar nuevas negociaciones para renovar los pactos a los que se había comprometido Estados Unidos.

Fue por ello que tres días después de llegar a la Casa Blanca firmó la orden para retirar a su país del TPP, lo que reabrió nuevas negociaciones entre las naciones que se quedaban para definir los futuros términos de su relación.

Hubo una primera reunión ministerial en Chile el 14 y 15 de marzo de 2017, semanas después de la decisión de Trump, otra posterior en Hanoi en mayo y los esfuerzos culminaron en Santiago, el 8 de marzo de 2018, con la firma del TPP11.

La iniciativa liga a once naciones (Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam), pero está abierta a quienes quieran incorporarse posteriormente, incluido Estados Unidos, si de nuevo lo decide.

En el mundo latinoamericano hay naciones como Colombia que inicialmente mostraron interés en sumarse al TPP11, aunque el nuevo Gobierno presidido por Iván Duque está revisando ésa y otras gestiones comerciales que estaban en curso.

“Colombia está en lista de espera”, dijo en una reciente entrevista con Efe el ministro de Asuntos Exteriores de ese país, Carlos Holmes Trujillo, aunque destacó que la política del presidente Duque es la de no iniciar nuevas negociaciones en materia comercial.

Según Trujillo, la idea es “fortalecer la herramientas que Colombia tiene a fin de sacar el mejor provecho posible que tiene con los acuerdos comerciales suscritos”.

Otras naciones han mostrado interés en vincularse a esta iniciativa, como el Reino Unido, aunque lejos de la Cuenca del Pacífico.

El tema fue analizado por los primeros ministros de Japón y del Reino Unido en la reciente cumbre del G20 en Buenos Aires. En esa ocasión, el japonés Abe y la británica Theresa May dijeron que sus dos países son “los más poderosos portadores del libre comercio”.

A falta de nuevos socios que quieran sumarse, desde hoy queda fijada un área que, además de 500 millones de personas, incluye un producto interior bruto (PIB) global de 10 billones de dólares y un intercambio comercial de 5 billones de dólares.

Las metas están claras desde el preámbulo del acuerdo que hoy entra en vigor: “Mejorar oportunidades para la aceleración de la liberación regional del comercio y la inversión”, y “promover mayor integración económica regional”.

O como dijo la entonces presidenta Michelle Bachelet cuando fue firmado el documento: “Es un tratado ambicioso, moderno y con visión de futuro, y que con creatividad incorpora las nuevas temáticas del comercio internacional que exigen que los beneficios de la globalización alcancen a todos”.

 

Fuente: Pulso