Qué alegría cuando te avisan desde Zona Franca que el vehículo que acabas de comprar está listo para que lo vayas a retirar. Hasta aquí todo parece fácil, sin embargo, tras esa compra, existe un circuito logístico y un flujo comercial complejo que se inicia en la bodega de un proveedor en otro continente, quien embarcó tu auto hasta Iquique donde pasó varias semanas navegando, hasta llegar al puerto de descarga, donde inició una travesía mucho más corta – pero contrario a lo que podríamos imaginar – no menos compleja, y que es conocida como el desafío de “la última milla”. En palabras simples, el último trayecto que recorre un producto para llegar al cliente final.
En Iquique prácticamente un 100% de los vehículos que transitan por las calles, llegaron por el mar y a través del Puerto Iquique, donde se les provee del servicio de recepción y despacho, el que incluye todos los procesos documentales y operacionales que permiten el ingreso de tu auto al país, llegar al distribuidor y, finalmente, a tus manos.
Otras cargas como, por ejemplo, un contenedor de aparatos electrónicos que llega a la bodega de un importador de Zona Franca, que luego debe ser repartida a distintas tiendas, implica aún más desafíos, por los pasos adicionales que requieren en esa “última milla”.
Es tan complejo este desafío, que hoy hay empresas de logística que se especializan exclusivamente en optimizar “la última milla”, no solo a través de la gestión, sino que también a través de tecnologías e Inteligencia Artificial (IA). En esto, la aplicación de IA puede ayudar en la búsqueda de la mejor ruta para entregar todos los pedidos y además en aprovechar al máximo los espacios de almacenamiento y transporte. La gestión de la última milla supone un esfuerzo mancomunado para resolver de la manera más eficiente, el trayecto después del tránsito marítimo-portuario: considera el orden de la carga, trámites, tráfico vehicular, obras en la ciudad, entre otros.
Ahora bien ¿por qué optimizar el espacio y el tiempo de entrega me debiera importar? El objetivo final de la gestión de última milla es acortar los tiempos de almacenamiento y de entrega, porque cada minuto y cada centímetro que se gane, tiene un impacto directo en los costos y en la competitividad del negocio. En la industria se habla que la última milla puede llegar a representar desde un 35% hasta un 53% del costo total de entrega del producto al cliente final.
Estas nuevas tendencias de gestión son muy relevantes para toda la cadena de valor de la industria logística-comercial y es por eso que, como puerto y junto a todos los actores de la cadena, desde hace ya un tiempo que estamos diseñando e implementando estrategias conjuntas para aunar criterios, estandarizar buenas prácticas y aplicar tecnología a nuestros procesos.
Como pudimos ver en este breve ejemplo, existe un largo recorrido para un producto desde que sale del lugar en que fue fabricado/ensamblado, hasta que llega al cliente final. Este recorrido debe además, sercada vez más rápido y eficiente y por eso cada etapa del trayecto es fundamental para lograr el objetivo final y cada persona involucrada en esta cadena logística es una pieza clave para Iquique, nuestra ciudad-puerto, donde se reciben la mayoría de los bienes durables que consumimos. Hoy la invitación es a seguir trabajando en conjunto, para hacer más eficiente nuestra logística y con eso, aportar a la competitividad de nuestra economía y, por cierto, al bolsillo de nuestra comunidad.