El anuncio de que el último crucero de la temporada (2016-2017) recalará en el puerto de San Antonio, ante la falta de garantías de seguridad en el puerto de Valparaíso, producto del conflicto de las cargas limpias, ha generado una gran incertidumbre entre los empresarios que dependen de la industria de pasajeros, sobre todo pensando en los futuros arribos de naves que comenzarán en octubre.
Si bien reconocieron que la recalada del crucero «Norwegian Sun» en el puerto de San Antonio significará un impacto en los ingresos de los sectores vinculados a Valparaíso Terminal de Pasajeros (VTP), la mayor preocupación de los empresarios radica en lo que esta situación podría generar en la temporada 2017-2018.
En ese sentido, Cristián Zubeldía, encargado de la empresa «Transportes Kartz», indicó que el fallido arribo del último crucero significará un perjuicio económico de entre los 5 mil y 8 mil dólares. Pese a ello, sostuvo que el mayor problema es que esta situación «puede servir de muestra» para los cruceros que deben comenzar a llegar en octubre.
«La pérdida que podamos tener en un crucero no se compara con la que podamos sufrir a futuro. Creo que este último crucero se tomará como una muestra y si éste llega a San Antonio, las próximas naves que tenían recalada en Valparaíso definitivamente van a considerar ese puerto, si es que en esa operación se dan las garantías necesarias», expresó Zubeldía.
«Hay una posibilidad cierta que los primeros cruceros de la próxima temporada atraquen en San Antonio. Entonces, lo más grave de todo es que aquí se construyó un terminal de pasajeros que costó 8 millones de dólares, para que no se pueda utilizar. Por tanto, es alarmante que las autoridades portuarias, municipales y estatales no tomen el peso de lo que significa esto», agregó.
En esa misma línea, Vladimir Ponce, director ejecutivo de la empresa de artesanía en joyas y regalos Chilean Gifts, afirmó que en la situación que vive el puerto de Valparaíso «no se han dimensionado» los efectos que esto traería, no sólo para la ciudad, sino también para la industria del turismo nacional.
«Más de lo que pueda pasar con nosotros, la industria del turismo nacional es lo que más me preocupa. O sea, en un momento determinado las líneas de cruceros van a decidir, o suspender la ruta, o buscar un puerto alternativo, que en este caso sería San Antonio. Entonces, imagínese la pérdida que significaría para esta ciudad renunciar al canal turístico que le proporcionan los cruceros. Eso no se ha dimensionado», dijo el empresario.
Por lo mismo, añadió Vladimir Ponce, «no entiendo por qué este problema entre privados tenga que producir el daño que está provocando a toda la industria del turismo nacional y a la imagen país. Hay que tener presente que el canal de los cruceros es el que aporta la mayor cantidad de visitantes extranjeros en una cantidad de tiempo acotado».
En tanto, Paulina Guerra, concesionaria de la cafetería del VTP, explica que el daño monetario ha sido el principal efecto que ha tenido el conflicto que vive el puerto de Valparaíso, señalando que ya se han tenido que romper compromisos con varios proveedores.
«Nosotros nos programamos de acuerdo a la temporada, pero a estas alturas ya no se pueden tomar medidas. O sea, yo tuve que indemnizar a personas que ya tenía confirmadas, que tenían asegurada su fuente laboral. Los compromisos de provisiones ya los tengo cancelados y pagados. Entonces, a estas alturas es muy difícil echar pie atrás», subrayó Guerra.
«La pérdida que podamos tener en un crucero, no se compara con la que podamos sufrir en el futuro»
Cristián Zubeldía, Encargado «Transportes Kartz»»
«Más de lo que pueda pasar con nosotros, la industria del turismo nacional es lo que más me preocupa (…). Eso no se ha dimensionado»
Vladimir Ponce, Director Chileangifts S.A.»
«A estas alturas ya no se pueden tomar medidas. Tuve que indemnizar a personas que tenía confirmadas»
Paulina Guerra, Concesionaria cefetería VTP»
Fuente: El Mercurio de Valparaíso