• La presidenta del gremio industrial, Macarena Cepeda, realizó un recorrido junto a autoridades y a personal de flota por la embarcación Don Edmundo, de Blumar, en la que se explicó cómo operarán los dispositivos.
• Este sistema será replicado en toda la flota industrial de la macrozona centro-sur, que suma 34 embarcaciones, y que significó una inversión de más de $200 millones a las empresas.
Talcahuano, enero 02 de 2020
La Pesca Industrial se encuentra a punto de iniciar una nueva temporada de captura de jurel y lo hace afinando detalles para cumplir con las últimas exigencias de la legislación pesquera. A contar de hoy entró en vigencia la norma que obliga el uso de, a lo menos, tres cámaras a bordo de las embarcaciones industriales con el fin de registrar la faena pesquera desde el zarpe a la recalada, para posterior fiscalización. Así lo dispone la Ley 20.625 de Descarte de Especies Hidrobiológicas, cuyo objetivo es mitigar o disminuir el descarte de la pesca objetivo, fauna acompañante y pesca incidental, haciendo de las operaciones pesqueras faenas más sustentables y amigables con los ecosistemas.
Con el objetivo de mostrar cómo será el funcionamiento de los dispositivos electrónicos en la flota, la presidenta de ASIPES, Macarena Cepeda Godoy, junto al director Zonal de Pesca, Óscar Henríquez Arriagada, realizaron esta mañana un recorrido por la embarcación Don Edmundo, perteneciente a la empresa Blumar, en la bahía de San Vicente.
“Para las empresas socias de ASIPES es prioritario cumplir con la normativa que dispone la autoridad de nuestro sector, incluso, desde hace años ha sido una decisión gremial trabajar proactivamente de forma voluntaria en temas de sustentabilidad pesquera antes de que la ley lo exija. Por eso queremos mostrar a las autoridades y la comunidad que nuestra flota está en condiciones de operar según los requisitos establecidos y siempre dispuesta a cooperar con las fiscalizaciones y acciones necesarias para asegurar la máxima transparencia”, destacó Macarena Cepeda. La flota industrial de la macrozona centro-sur suma 34 barcos y la inversión que ha debido realizar para el cumplimiento de esta disposición asciende a 240 millones de pesos. La temporada de pesca de jurel, principal recurso sobre el cual opera la Pesca Industrial, comienza el 5 de enero, por lo que 26 embarcaciones se encontrarán en faena desde esa fecha.
“La medida se aplica en pos de disminuir el descarte y también fomentar las buenas prácticas en la pesca, es decir, para explotar los recursos de mejor manera», señaló el director Zonal de Pesca, Óscar Henríquez.
ASIPES, gremio que integran las pesqueras Landes, Foodcorp, Blumar, PacificBlu y Camanchaca, ha invertido más de US $20 millones en mejoramiento ambiental desde el 2015. El mayor porcentaje de este monto corresponde a compromisos con la protección de los recursos pesqueros, acuerdos voluntarios para las mejoras de los procesos en planta y flota, la participación en mesas de trabajo en las zonas donde opera la industria e inversión social para la recuperación del patrimonio gastronómico marino en caletas pesqueras.
“Dentro del nuevo ciclo de gestión que hemos desarrollado en ASIPES ha sido esencial cumplir con estándares que permitan proteger el patrimonio pesquero, aumentar el bienestar de las comunidades donde se establecen nuestras plantas y desarrollar productos de alta calidad para el consumo interno y de mercados extranjeros”, enfatizó Macarena Cepeda.
Ley de Descarte
La Ley de Descarte de Especies Hidrobiológicas exige a naves pesqueras industriales y artesanales -iguales o superiores a 15 metros- el uso de dispositivos de registro de imágenes para detectar y sondear las actividades de descarte y pesca incidental. Considera recomendaciones del Código de Conducta para la Pesca Responsable de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) así como sugerencias de distintos foros pesqueros internacionales.
La Ley define el descarte como la acción de devolver al mar especies hidrobiológicas capturadas; y la pesca incidental como aquella conformada por especies que no son parte de la fauna acompañante. De acuerdo con la más reciente actualización de la FAO, la tasa ponderada de descartes en las pesquerías del mundo es de, al menos, un 10,8%. Esto indica que el promedio de descartes alcanzaría sobre 9 millones de toneladas al año para un total de 85 millones de toneladas capturadas anualmente.
La flota de cerco de la pesquería pelágica de la zona centro-sur debe considerar 3 cámaras: La primera tiene como objetivo observar las actividades que ocurren en el copo de la red y su entorno; la segunda, las actividades de cubierta, el muestreo de proporción de especies y la distribución de la pesca a las bodegas. Mientras que la tercera las actividades que se realizan en la cubierta de la embarcación, con el fin de monitorear la manipulación de la pesca incidental y transbordos de pesca. La flota de arrastre de fondo en la pesquería de merluza común debe considerar 5 cámaras: La primera tiene como objetivo observar las actividades que ocurren en la cubierta y su entorno, la segunda registrará las actividades de manipulación de la red en cubierta de la nave y su entorno para observar pesca incidental, la tercera tiene como propósito observar las actividades de selección y descarte. La cuarta cámara también tiene como objetivo observar las actividades de descarte, mientras que la quinta observará las actividades que se realizan en las correas transportadoras, traslados de cajas con pesca objetivo y fauna acompañante con valor comercial.
Las embarcaciones que no hayan implementado la norma o que alteren la información se exponen a una multa de 20 a 300 unidades tributarias mensuales, y el capitán o patrón de nave sancionado con 3 a 30 unidades tributarias mensuales.