Diciembre de 2017. Con un abrazo apretado entre el alcalde Jorge Sharp, y el gerente general de la Empresa Puerto Valparaíso, Gonzalo Davagnino, se sellaba la venta del histórico palacio Subercaseaux de la municipalidad a EPV por $543 millones. Por fin los porteños que alojaban las esperanza de que el inmueble saldría de la situación de abandono en que quedó tras el incendio ocurrido allí en febrero de 2007 tras una violenta explosión de gas.
Las expectativas eran grandes, ya que sobre la mesa EPV puso un proyecto ambiocioso, que consideraba recuperar el inmueble y convertirlo en su nuevo edificio corporativo. Incluso se mencionaba como fecha tentativa para que estuviese listo, diciembre de 2018. No obstante, los porteños tendrán que olvidarse de ver el lugar con una nueva cara, ya que la empresa desistió de la iniciativa, con lo que quedó descartado que las oficinas corporativas se instalen allí.
La decisión fue reconocida por el presidente (i) del directorio de EPV, Raimundo Cruzat, quien a través de su cuenta oficial de Twitter explicó los motivos que tuvo la empresa para desechar la iniciativa. El ejecutivo detalló que «a nuestro juicio, la anterior (idea del proyecto) era una mala decisión. El resumen es que era un edificio de más de USD 11 millones para 80 personas, sin contar valor del terreno. Además, los plazos estaban apretados para cumplir con los requerimientos de accesibilidad por contrato con TCVAL».
A eso, agregó que se está en búsqueda de «alternativas más adecuadas a nuestras necesidades». En ese sentido, la empresa tendrá nuevo edificio corporativo, pero en un lugar distinto. De todas formas, aseguraron fuentes de EPV a La Estrella, el nuevo lugar que se elija será dentro de los límites de la comuna de Valparaíso.
«poco contribuyente»
Con desilusión recibieron en la Cámara de Comercio y Turismo de Valparaíso la decisión de la empresa, ya que lo ven como una contradicción a su discurso permanente de apoyo al desarrollo de la ciudad.
Para el presidente de la entidad, Marco Brauchy, «es un pésima noticia. Pensamos que sistemáticamente EPV ha tendido a tener una política corporativa institucional absolutamente poco dialogante y poco contribuyente a lo que es la ciudad de Valparaíso. Su postura a lo largo de los últimos 13 años, post modificación a la ley de puertos, ha estado absolutamente reñida con los intereses de la ciudad».
Asimismo, destacó que, aunque se trata de una decisión de privados, EPV «es parte del cuerpo de un sinnúmero de empresas que dependen del Estado».
Posible devolución
Quien tampoco reaccionó con agrado al fallido proyecto fue el alcalde Jorge Sharp, quien insistió que se vendió el inmueble porque, en su momento, la iniciativa fue vista como una buena oportunidad de rehabilitar la calle Serrano.
Ahora, se mostró abierto a conversar con la empresa para ver nuevas posibilidades de recuperación del edificio, pero advirtió que «no descartamos ninguna opción, desde solicitar la devolución del paño, para poder construir un proyecto junto a la comunidad del Barrio Puerto o , por otra parte, desarrollar un proyecto en conjunto con la EPV. Vamos a solicitar una reunión con Raimundo Cruzat para conversar sobre esto».
La Estrella intentó contactarse con Raimundo Cruzat, pero desde el área de comunicaciones de EPV indicaron que se encuentra de vacaciones. No obstante, expresaron que, si bien no se construirá el edificio corporativo, en el directorio están barajando otras opciones para el uso del espacio. Aquello se determinaría también en diálogo con el alcalde Sharp.
Fuente: Estrella Valparaíso