La prórroga por 30 días de la emergencia decretada en la zona del Golfo de Penas, en la Región de Aysén, por sospecha de plaga de la microalga del género karenia, ha despertado inquietud en diferentes sectores de la industria acuícola, ante el temor que se produzca un evento como el de principios de 2016, cuando una Floración Algal Nociva (FAN), eliminó cerca de 40 mil toneladas de salmón, en 45 centros de cultivo.
Tal preocupación no deja de tener asidero, al considerar que el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), informó que en el episodio de febrero último, murieron 170 mil peces que eran transportados en wellboats por esa zona.
Para Leonardo Guzmán, jefe de la División de Acuicultura del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), hay diferencias entre uno y otro bloom.
El actual se manifestó en el mar expuesto, con al menos cuatro especies de karenia, algunas de las cuales «producen ictiotoxinas, que afectan a los peces», sostuvo. Sin embargo, Sernapesca precisó que en esa zona no hay actividad acuícola y que los centros de cultivos más próximos están a unos 300 kilómetros.
Diferentes microalgas
Guzmán agregó que la FAN de Aysén es diferente a las del año pasado en el Seno del Reloncaví (salmones) y en el mar Pacífico (mariscos bivalvos).
En la muerte masiva de salmónidos, se trató de una pseudochatonella; mientras que en la que afectó a los moluscos, fue una alexandrium catenella, asociada a una toxina paralizante y que por primera vez se expresó por la costa expuesta del Océano Pacífico.
Respecto del nivel de impacto en la industria, el doctor Guzmán precisó que las floraciones tienen diferentes efectos, que dependerán de la actividad, sector geográfico, de la frecuencia con que se presente el fenómeno, del tipo de microalga, de las toxinas asociadas y de las condiciones ambientales. «De tal manera que para cada una de ellas, hay que ir desarrollando no sólo la comprensión de lo que está ocurriendo, sino que las medidas que permitan minimizar los impactos», enfatizó.
Una alarma
La investigadora del Instituto de Acuicultura de la Universidad Austral de Chile (UACh), doctora en acuicultura Sandra Bravo, opinó que el florecimiento de Aysén «es una alarma de que -probablemente- en el sector sí haya bloom de algas, cada cierto tiempo y para que tomen las precauciones».
Estableció que esta situación debe motivar replantearse qué tan conveniente resulta hacer «estos tracks tan largos (de navegación) desde Magallanes a la Décima Región».
Por ello es que propuso que las embarcaciones debieran desplegarse en territorios marítimos más acotados «dentro de una misma región, para evitar trasladar esporas u otro tipo de microorganismos».
De hecho, entre las medidas preventivas que aplicó el Sernapesca, se restringió el transporte marítimo de peces vivos desde y hacia la Región de Magallanes, lo que sólo será posible de hacer por el Golfo de Penas con las compuertas cerradas de los wellboats y sin recambio de aguas.
Fuente: El Llanquihue