Pero este escenario no es nuevo, porque las malas condiciones climáticas han ido en aumento durante toda la última década.
Entre 2008 y 2017 se registraron 9.097 cierres de terminales marítimos en el país, pasando de 82 casos el primer año a 2.330 en el último registro, según el documento «Determinación del riesgo de los impactos del cambio climático en las costas de Chile» del Ministerio de Medio Ambiente, de octubre de 2019.
Asimismo, en el Atlas de Riesgo Climático (Arclim) se proyectaron los efectos a largo plazo del cambio climático en distintas áreas, una de ellas, el sector portuario. En el documento se señala que San Antonio tendría el mayor índice de riesgo de cierre de operaciones por mal tiempo para el periodo 2035-2065 de entre los recintos marítimos estatales.
Para la determinación del peligro futuro se consideraron la amenaza climática, exposición y sensibilidad del sistema afectado como puede ser su atributo físico u otros.
SAN ANTONIO
Actualmente los ceses de operaciones en San Antonio son principalmente atribuibles al oleaje. Esto ha motivado a la Autoridad Marítima (Capitán de Puerto) a tomar la decisión de cerrar en un 30% más este año en comparación a igual periodo de 2019. Otros factores son el viento y la visibilidad.
Solo durante el 2020, el puerto de San Antonio ha registrado 54 eventos de cierre que pueden durar algunas horas o días, contra las 42 veces de 2019.
Las naves desviadas durante el 2020 a Valparaíso suman 15, cantidad que equivale a menos del 3% del total que atiende San Antonio y el mayor porcentaje ocurrió durante agosto y septiembre.
En este sentido, el gerente general de la Empresa Portuaria San Antonio, Luis Knaak, señaló a El Mercurio que «el cierre de puerto asociado a condiciones meteorológicas impacta a todos los actores de la cadena logística y este año, sin duda, que estas condiciones han afectado con mayor intensidad al puerto de San Antonio».
El ejecutivo manifestó, además que Puerto San Antonio mantiene una relación permanente con la Autoridad Marítima, los concesionarios y las líneas navieras para encontrar soluciones que garanticen una continuidad operacional cumpliendo las medidas de seguridad requeridas.
PUERTO EXTERIOR
Respecto a cómo el riesgo climático puede afectar al proyecto de Puerto Exterior (PE) o Puerto de Gran Escala que se construirá en San Antonio, cuyo Estudio de Impacto Ambiental (EIA) fue declarado admisible, pero, por efecto de la pandemia, el proceso de evaluación se ha mantenido suspendido, Knaak dijo que la situación está prevista en el proyecto. «En el diseño del Puerto Exterior se han considerado estas nuevas condiciones, además de la incorporación de tecnología y equipamiento de modo tal que el nuevo terminal pueda manejar estas características climáticas», afirmó a El Mercurio.
Luis Knaak añadió que se está trabajando en una estrategia que, en el corto plazo, aumente el nivel de disponibilidad del puerto mediante un trabajo coordinado con la Autoridad Marítima y los terminales concesionados. «Se pretende incrementar los parámetros de operación para ejecutar maniobras de ingreso y salida de naves de acuerdo con el equipamiento disponible y aplicar nueva tecnología para la coordinación, monitoreo operacional, seguridad y sistemas meteorológicos», aseguró.
Sobre la infraestructura que mitigaría el impacto del mal tiempo en el PE, el ejecutivo destacó la construcción de un rompeolas, que tendrá una extensión de 3.900 metros y demandará una inversión de U$1200 millones. «Es la principal obra que nos permitirá darle continuidad a la operación y que no se vea afectada por los efectos del cambio climático», destacó.